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La Real Sociedad declara transferibles a todos sus jugadores

La directiva de la Real Sociedad de San Sebastián ya cuenta con luz verde para realizar traspasos. Arconada, Zamora, Satrústegui y López Ufarte han dejado de ser intransferibles vitalicios. Iñaki Alkiza, que presidió la asamblea del club el pasado martes, consiguió que los compromisarios realistas levantaran una hipoteca heredada de Orbegozo. Arconada (29 años) costará 250 millones de pesetas; López Ufarte (25), 200; Zamora (28), 150, y Satrústegui (29) es, de momento, difícil de tasar porque su recuperación aún se vislumbra a largo plazo.

El que fuera presidente durante 16 años necesitó una vez, hace tres temporadas, prometer solemnemente que no se traspasaría, sin previa consulta a los asambleístas, ningún jugador fundamental si se subían en aquel caso las cuotas de socio. Cuando traspasó a Perico Alonso al Barcelona y se le recordó tal compromiso, Orbegozo argumentó que los técnicos, en abstracto, no lo habían considerado "fundamental". El inconcreto autor de tal dictamen sobre el ahora titular barcelonista fue cariñosamente bautizado como ojo de águila por un compromisario que apoyó el desbloqueo de la situación, dado el carácter testimonial, simbólico y un poco demagógico de la medida.A la asamblea de la Real del martes podían acudir 335 socios (de ellos, 11 directivos) con voz y voto de los 16.800 que compone la entidad. Podían estar otros 94 con voz, pero sin voto, y el resto, como silenciosos convidados de piedra. En total, se reunieron 158, en parte porque una singular democracia orgánica sigue vigente en el fútbol, y también porque el socio de club de fútbol es más un personaje que compra un abono de varios partidos por razones de economía (como quien se lleva 20 botellas de leche de un hipermercado) y no lo que se entiende por socio en otro tipo de agrupaciones. Consumidor y accionista se hallan confundidos y mezclados y el producto a fabricar y las ganancias a conseguir son más bien etéreas.

Tan etéreas como el presupuesto mismo. La Real, que gracias a su brillante papel en la Copa de Europa ganó la pasada temporada 30 millones de pesetas, cree que va a perder en ésta, tan tristemente comenzada a pesar de los síntomas de recuperación de Sevilla, cerca de 85 millones. Y eso que ha habido una subida de cuotas del 13%, que corresponde a un incremento lineal de 1.200 pesetas para los socios de a pie y 1.600 más para los de tribuna, igual ascenso bruto que las dos temporadas anteriores. Si no se hubiera aprobado la subida, el déficit habría llegado a los 113 millones, pero los compromisarios fueron comprensivos con la nueva directiva y no hizo falta ni votar porque todo parecía claro.

En resumidas cuentas, que el club ex bicampeón calcula ingresar 392 millones y gastar 477. En la temporada anterior, terminó con un 514-483 a favor. Pero ya hemos hablado de lo etéreo del producto, y de momento ha ingresado un millón menos de lo presupuestado ante el Spórting de Gijón y siete menos en la infausta noche del Real Madrid.

Solución a una crisis

Con la veda levantada y el cuadro económico recién expuesto, lo normal sería comenzar a especular sobre cuántos días le quedan, por ejemplo, a Arconada para comenzar a ser un donostiarra vocacional en un dorado exilio. Pero Joaquín Aperribay, vicepresidente económico, que se destapó ante la asamblea como verdadero cerebro de la nueva junta directiva, parece tener la solución menos gravosa. La fórmula no es original, pero puede valer. Consistiría en solicitar a 1.000 o 1.200 socios el adelanto de la cuota de cinco años. Así podrían reunirse unos 100 millones, con los que se enjugaría el déficit de este año y aún quedaría margen para construir en Zubieta tres campos de fútbol para los clubes filiales.Aperribay se llevó los mejores aplausos de la noche. El ex alcalde de Deva en la última época franquista fue uno de los negociadores de la amnistía de 1977, personaje destacado de la política vasca en los primeros años de la transición hacia la democracia. Y ahora parece dispuesto a sacar a la Real de esta crisis. La propuesta sería, obviamente, una solución de emergencia. Porque el objetivo claro es poder aumentar los ingresos y abaratar las cuotas y entradas. Pero eso es imposible en el Atocha actual y la solución de Zubieta ha terminado por ser un auténtico tabú.

Alkiza, que empezó defendiendo hace tan solo mes y medio la remodelación de Atocha, lo mismo que apoyaba su partido, el PNV, comienza a verlo menos claro. Se vuelve a hablar de un campo nuevo en las afueras de San Sebastián, pero mucho más cerca y mejor comunicado que el de Zubieta. Parece que hay hasta una opción de compra de unos terrenos situados al pie de la autopista Bilbao-Beobia, en el barrio donostiarra de Eibaeta. Tampoco se descarta la posibilidad de aprovechar el actual estado de Anoeta, que posee una moderna pista de tartán y dotarle de tribunas y tener, de paso, el estadio atlético mejor dotado de España, en una zona deportiva que acabaría siendo modélica, ya que incluiría el palacio de los deportes, dos frontones, uno corto y otro largo, la ciudad deportiva y el polideportivo. El inconveniente principal sería resolver los accesos a la cercana ciudad sanitaria los días de partido. Y la ventaja, que todo el área es de propiedad municipal. La crisis ha llegado también a la Real, a la que unas felices circunstancias, sin parangón en su historia y por lo tanto comprensibles, obligaron a vivir por encima de sus posibilidades económicas. Los jugadores han sido los primeros en saberlo. El complicado sistema de primas y sobreprimas en función de los positivos en el haber se ha simplificado al máximo para reducir gastos. Ahora que, de momento, el equipo tiene un negativo.

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