Aplicada la ley antiterrorista a tres presuntos simpatizantes de ETA

Tres detenidos ayer por sus presuntas relaciones con ETA, Francisco Bengoetxea, Juan Antonio Arrillaga y José Ramón Urtizberea, permanecían a última hora de la tarde en dependencias policiales, incomunicados y sometidos a la legislación antiterrorista. Los vecinos de Irún Nicolás Lizarraga, Enrique García, Genaro Zabala, Miguel García y varias personas más, detenidas días atrás, han sido puestos en libertad sin cargos tras haber prestado declaración.

Según las gestoras proamnistía, la policía detuvo a José Ramón Urtizberea en Fuenterrabía, tras comprobar que el hermano de éste no se encontraba en su domicilio y después de que sus familiares negaran conocer su paradero. Las mismas gestoras han convocado distintos actos de protesta, y Herri Batasuna pretende plantear en los plenos municipales mociones en las que se exija la puesta en libertad de los detenidos. Trabajadores de la empresa Ingemar, SA, de Usurbil, donde fue detenido ayer Juan Antonio Arrillaga, han mostrado públicamente su disconformidad con esta detención y con la forma en que fue llevada a cabo.

ETApm reivindica

Por otro lado, el sector de ETApm que pretende integrarse en ETA Militar se ha atribuido los últimos atentados cometidos recientemente en San Sebastián, Lekeitio y en la localidad santanderina de Castro Urdiales. En el comunicado de reivindicación hecho llegar a determinados medios informativos del País Vasco, este grupo de los polimilis anuncia que seguirá "atacando todos los edificios que sirvan de acantonamiento de las fuerzas represivas españolas", para a continuación responsabilizar al Gobierno de los daños físicos que los atentados pudieran provocar en ciudadanos civiles.Tras reiterar que asumen la denominada alternativa KAS, los promilis de ETApm advierten a la población de la necesidad de que "se abstengan de circular y aparcar en las inmediaciones de dichas instalaciones, como medida de protección". Los atentados que reivindica son, para ETApm línea KAS, parte de "la campaña de hostigamiento contra las fuerzas de ocupación extranjeras". Persiste, por otra parte, la contaminación del río Lea y de las playas de Lequeitio provocada por la explosión de la bomba colocada en la empresa Rubel, SA, que ocasionó asimismo el derrame de 10.000 litros de aceite y fuel.