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Posible fin de la huelga general de servicios públicos en Bélgica

Un primer atisbo de solución a la huelga general de los servicios públicos hizo recobrar anoche el aliento a Bélgica, tras una semana de intenso conflicto social. El Gobierno y los dirigentes sindicales llegaron a un primer acuerdo, que estos últimos someterán hoy sus afiliados.La huelga venía paralizando a la práctica totalidad de los servicios públicos belgas, y había comenzado de una forma espontánea, creando un ímpetu del que supieron aprovecharse las principales centrales sindicales, que ahora tendrán que seguir a sus bases. La protesta estaba. dirigida contra la política de saneamiento presupuestario del Gobierno de coalición democristiano-liberal. Entre los planes gubernamentales figuraba el reducir en 8.300 millones de francos belgas (23.000 millones de pesetas) la partida destinada a los salarios de los servicios públicos.

Tras arduas negociaciones, ambas partes llegaron ayer a un acuerdo de principio, según el cual, los empleados públicos peor pagados no verán mermada su paga en los próximos dos años y se mantendrán las pensiones de los funcionarios, además de otros puntos de índole más técnica.

Los dirigentes del sindicato cristiano CSC aceptaron apoyar esta solución ante sus afiliados. Los representantes de la otra gran central sindical, la socialista CGSP, no habían dado a última hora de ayer su respuesta definitiva sobre si apoyar o simplemente presentar el acuerdo de principio ante su congreso extraordinario. Aunque las cartas no están aún echadas, momentáneamente parece haberse evitado un contagio de la protesta al Sector público. La amenaza es real. Los empleados de algunas empresas de Charleroi dejaron ayer de trabajar. El Gobierno, cuyo primer ministro, Wilfread Martens está convaleciente de una operación cardíaca, tiene un cierto respiro.

El Gobierno ha asegurado que respetará sus objetivos presupuestarios globales. No está, sin embargo, claro cómo financiará estos proyectos sin poner en peligro su severa política de austeridad, seguida atentamente por otros Gobiernos europeos.

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