Kasparov y Korchnoi acuerdan enfrentarse

Los grandes maestros Viktor Korchnoi de Suiza, y Gary Kasparov, de la Unión Soviética, llegaron el pasado viernes a un principio de acuerdo para poder disputar la semifinal del torneo de aspirantes al título mundial que ostenta el soviético Anatoli Karpov. El pacto se produce semanas antes de que se desarrolle la asamblea de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), donde debe resolverse el enfrentamiento que abortaron las semifinales a principios del pasado mes de agosto entre la Federación de la URSS y Lorenzo Campomanes, presidente de la FIDE

Korchnoi y Kasparov, después de diversas entrevistas en Yugoslavia, firmaron un texto común que remitirán a la FIDE y a la Federación Soviética "en demanda de una rápida solución a la cuestión planteada con las sedes de las semifinales, que permita su disputa de forma normal". El texto de la misiva indica que los ajedrecistas han llegado a un acuerdo al margen de sus dirigentes, lo que en el caso de Kasparov es un verdadero reto, ya que la URSS ha sido quien ha encabezado la oposición a Campomanes.Korchnoi y Kasparov piden que en breve se reúnan en Suiza el presidente de la FIDE, un representante de la Federación Soviética y ellos mismos para encontrar una solución al problema antes del congreso del máximo organismo del ajedrez. Todo parece indicar que Kasparov -el ajedrecista más en forma del momento- es el que mayor interés ha mostrado por jugar. Algunos técnicos consideran que las autoridades soviéticas quisieran retrasar el acceso al título de Kasparov, alargando un año más el dominio de Karpov. Esta actitud hubiera podido provocar el boicoteo soviético a las semifinales.

El posible acuerdo en la semifinal Korchnoi-Kasparov obligaría a buscar una salida para la otra semifinal entre el húngaro Ribli y el soviético Smyslov, cuyo boicoteo, en principio, partió de la Federación Soviética, pero que al final contó también con el beneplácito de la Federación Húngara. Todo terminó cuando los organizadores de la capital de los Emiratos Árabes renunciaron a organizar la confrontación.