Joan Manuel Serrat canta, en el Parque de Atracciones, para todos los públicos
El auditorio del Parque de Atracciones de Madrid es, desde el viernes, punto de reunión de miles de personas con un sólo objetivo: ver y escuchar a Joan Manuel Serrat casi gratis, por 60 pesetas, coste de la entrada al parque. Entre el viernes y el sábado, esta posibilidad atrajo a unos 30.000 jóvenes y menos jóvenes, muchos de ellos con sus hijos.
Los espectadores colapsaron con sus vehículos todos los accesos al recinto, guardaran colas de varias horas y aguardaron, tiras el recital de la tarde, a que el cantante catalán repitiera su actuación por la noche, ante la protesta de los menos madrugadores por la falta de sitio. Hoy domingo Serrat realizará las dos últimas actuaciones programadas.El viernes, primer día de actuación de Serrat, los vigilantes del Parque de Atracciones pudieron observar cómo 10 horas antes de la apertura del recinto varios muchachos se colocaban junto a una de las taquillas de entrada. A las 17.30 horas, y cuando quedaban sólo 30 minutos para que comenzara el concierto, la cola se prolongaba entre los árboles. La ocupación del auditorio fue inmediata. Primero los asientos, luego las escaleras, para seguir con la zona de cafetería -en donde habían sido retiradas las mesas-, los pasillos y los accesos.
El público, apretujado, de 50 en fondo y en una cantidad que los responsables del parque calculan entre 10.000 y 12.000 personas, iba desde quinceañeros a militares sin graduación y padres con uno o dos niños pequeños, a los que intentaban calmar con cantimploras, caramelos y promesas de montarles en atracciones.
A las 19.30 horas, un Serrat visiblemente satisfecho aparecía bajo la carpa azul diseñada por Fabiá Puigervert y comenzaba a cantar Hoy puede ser un gran día, entre los aplausos y gritos de entusiasmo de los presentes, que luego, en un silencio casi reverencial, escucharon una tras otra las 10 canciones de su actuación, a las que se añadió otra de propina. A quien corresponda, Mediterráneo o Tu nombre me sabe a yerba se mezclaron con algunas composiciones de su último disco, Cada loco con su tema.
Al término del espectáculo, Joan Manuel abandonaba el escenario entre gritos insistentes de otra, otra, que sólo se acallaron cuando la presentadora disculpó al cantante ante la actuacion que, según lo previsto, realizaría a las 22 horas en el mismo escenario. La respuesta del público fue la que se temía. La totalidad de los asientos continuaron ocupados y sólo los pasillos, escaleras y accesos quedaron libres, a disposición de los que habían decidido acudir al recital de la noche.
"Pienso que es un buen lugar. Podría haber sido una plaza de toros, pero mientras no existan grandes auditorios, éste está bien en el sentido de que permite que la entrada no sea selectiva", manifestó Serrat en el descanso, intercalando sus respuestas con firmas de discos y recomendaciones a sus técnicos para mejorar el sonido. El hecho de que la entrada esté al alcance de cualquier bolsillo preocupa al cantante, que, con la excepción del año pasado, acude con regularidad a este recinto. "La relación con el público aquí es la misma que la que puede haber en un teatro. La diferencia es el precio. En este sentido, los ayuntamientos socialistas están echando una mano muy importante para conseguir que todos puedan acceder a los espectáculos", asegura Serrat.
El director comercial del parque, Antonio Castellano, afirma que con estos recitales el parque no gana dinero, aunque se mejora la imagen del complejo de atracciones. Prueba de ello son las 20.000 personas que el viernes acudieron al parque, justo el doble de las que se habían contabilizado una semana antes. Por los seis conciertos, Serrat y su equipo, formado por 14 personas, percibirán, según fuentes próximas al cantante, tres millones de pesetas.
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