Por primera vez habrá una jornada entera de television en catalán

La casi totalidad de la emisión del día 10 de setiembre se montará con imágenes pregrabadas, a excepción de la retransmisión deportiva y de las pequeñas cuñas de presentación que realizarán dos conductores. La captación de esta programación -que ha sido calificada como de simbólica por fuentes de la propia Corpóració Catalana de Televisió- no ha sido objeto de ninguna evaluación seriá en términos cuantitativos. El precio de la modificación en la antena puede oscilar entre 10.000 y 30.000 pesetas, según el estado en que se encuentre la instalación. Este hecho, más la premura con que se han dado a conocer los cambios, hacen pensar que el público de esta. primera emisión será bastante limitado.A ello hay que añadir que no hay frecuencias -adjudicadas oficialmente a TV3, puesto que todas las comunicaciones producidas entre la Administración central y la dirección del proyecto catalán han sido telefónicas o verbales. Este hecho puede implicar, incluso, que se produzca un cambio en la adjudicación de frecuencia, una vez se vaya a realizar ya la puesta en marcha de la emisión diaria, en diciembre, segun previsiones oficiales, y en enero, según cálculos no tan optimistas.

Éstas no son las únicas dificultades del programa del día 10. La realización del programa está llegando a buen término gracias a la contratación de los servicios de dos realizadores de Televisión Española, durante sus vacaciones veraniegas, y a la de un jefe de producción en excedencia. La cobertura técnica de la retransmisión deportiva no podráser garantizada tampoco por la infraestructura del nuevo canal, y lo hará una empresa madrileña, Telson, cuyos servicios han sido contratados por el canal catalán. Otros problemas técnicos, como la instalación de una antena en Montserrat, y la posibilidad de contar con un repetidor improvisado cerca del Rocacorba -que abriría la perspectiva de llegar a una amplia zona de Gerona- han venido a complicar los trabajos de preparación de la emisión. Lo mismo cabe decir del detalle menor de las gafas imprescindibles para ver la película en tres dimensiones, cuyo reparto plantea también problemas técnicos.

Entre otros detalles dignos de resaltar figura el fracaso de la grabación preparada por TV3, en la que unos paracaidistas iban a ser filmados en el momento de lanzarse desde el avión con unos potes de humo rojos y amarillos en los pies, con los que iban a realizar una acrobática bandera catalana en el cielo. La maniobra, ensayada el domingo 21 de agosto, resultó un auténtico fracaso, y no se consiguió obtener las imágenes deseadas, que iban a abrir las emisiones.

Tarradellas no participará

También cabe resaltar que entre los saludos que están siendo, grabados con una amplia lista de personas del mundo de la política y de la intelectualidad, para su emisión el día 10, no estará el del anterior presidente de la Generalitat, Josep Tarradellas, por cuanto los responsables del Tercer Canal catalán no están dispuestos a ofrecerle un trato diferenciado con respecto a las otras intervenciones de cantantes, diputados y personalidades de todo tipo, ante lo cual el anciano político declinó la invitación.

La mayor parte de las opiniones recogidas entre los profesio nales de TV3 coinciden en señalar que esta emisión del día 10 es prematura, forzada más por las circunstancias políticas, que por el calendario elaborado por los directivos del canal catalán. La presión de los sectores más radicales de Convergència i Unió, en los que es creciente la preocupación por la existencia de una televisión en catalán, habría sido decisiva a la hora de realizar esta emisión simbólica, coincidiendo con la celebración de la Diada Nacional de Catalunya. Esta circunstancia ha venido a añadir mayor nerviosismo, si cabe, dentro de la estructura de TV3.

La organización del Tercer Canal catalán ha ido acompañada hasta ahora de abundante polémica, que empezó con el nombramiento de Jaume Casajoana como director general del Régimen Jurídico de Radio y Televisión y de Alfons Quintá como director del proyecto.

Un historial antipujolista

Sobre el primero, por su desconocimiento del mundo de la comunicación. Y sobre el segundo, por su larga trayectoria profesional de enfrentamientos con el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, desde los tiempos de la fundación de la Gran Enciclopèdia Catalana, cuando el actual director del proyecto de televisión jugó un papel de primer orden en la confrontación entre trabajadores y empresa de la GEC.

Hasta el momento se han producido ya varios problemas que han trascendido ante la opinión pública, dentro de la estructura del nuevo canal. Las difíciles relaciones con el director del proyecto, Alfons Quintá, han sido las razones aducidas por el responsable de la información deportiva Enric Bañeres para presentar su dimisión en pleno mes de agosto. Anteriormente, el responsable de información internacional, Manuel de Seabra, abandonó también su compromiso y pasó a la entidad hermana Catalunya Ràdio. Y finalmente, Rosa María Calaf, jefe de informativos, ha comunicado que no piensa renovar su contrato en setiembre y que se incorporará a Televisión Española.

La formación de los profesionales, encargada íntegramente al Institut Français de l'Audiovisuel, ha sido otro de los temas polémicos, que ha producido protestas en el Instituto Oficial de Radiotelevisión y en la facultad de Ciencias de la Información de Barcelona.

A pesar de estas dificultades, Alfons Quintá parece contar con toda la confianza del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. Las dificultades con que ha tropezado hasta ahora el proyecto televisivo catalán son achacadas por sus directivos a la actitud negativa adoptada por algunos influyentes políticos socialistas catalanes, a los que acusan de boicotear sus propuestas y de poner dificultades para lo que consideran una tarea de total urgencia para la recuperación lingüística y cultural de Cataluña.

El programa del día 10, en cualquier caso, tiene garantizados ya 20 millones de publicidad como mínimo, según explica el propio Quintá. Los más optimistas entre los técnicos consideran que entre 300.000 y 400.000 personas podrán ver la emisión, cifra que queda reducida a 30.000 ó 40.000 entre los más pesimistas. Su éxito se cifra, en medios políticos, en su carácter simbólico, de forma que el público catalán y los poderes públicos no autonómicos vean factible y plausible la emisión permanente, y se acelere la negociación política y técnica que permita la puesta en marcha definitiva de TV3 en diciembre o enero.