Nacimiento de Ana Belén

Como forzado por prolongación del ciclo de niños prodigio, realizó Luis Lucia en 1965 Zampo y yo, que propuso, sin éxito, el lanzamiento de una nueva niña canora, Pilar Cuesta, que adoptó el nombre artístico de Ana Belén, inspirándose en el del personaje que en esta película interpretaba. El público se había cansado ya de contemplar los mismos sufrimientos musicales entre niños abandonados por sus padres o, como en este caso, descuidados por sus muchos quehaceres, y Ana Belén tuvo que crecer en el anonimato hasta que, años después, convertida en excelente actriz, regresó a la pantalla convirtiéndose en un puntal de la cinematografia española.Cantaba bien en Zampo y yo, pero interpretaba con cursilería. No tenía el desgarro de Marisol ni la presunta sofistificación de Rocío Dúrcal: su posible naturalidad no fue entendida por Luis Lucia, que difícilmente podía convertir en natural una historia tan retorcida como la que Zampo y yo narra: una niña solitaria que se ve milagrosamente acompañada por la extravagante figura de un payaso.

"Hubiera sido interesante", opina ahora Ana Belén, "filmar la crítica de todo aquello, de lo que eran capaces de hacer con una niña normal introducida en el mundo del cine".

Zampo y yo se emite hoy a las 16.10 por la primera cadena.