_
_
_
_

Posible cierre de los astilleros Setenave por la política de austeridad del Gobierno portugués

Pilar Bonet

Situados a varios kilómetros de la localidad industrial de Setúbal, sobre la desembocadura del río Sado, los astilleros Setenave constituyen, con su plantilla de casi 6.000 personas, el Sagunto portugués en lo que a conflictividad laboral se refiere.

La empresa, que fue nacionalizada tras la revolución, se enfrenta ahora a graves problemas económicos, después de haber fracasado una tentativa de venta llevada a cabo en 1982. El antiguo propietario de los astilleros, José Manuel Mello, se mostraba interesado en la oferta, pero exigía para ello la despedida de varios miles de trabajadores, que entonces no fue aceptada por la Administración. Setenave tal vez tenga que cerrar ahora en función de la nueva política de austeridad del Gobierno.

Los trabajadores de la empresa, que inauguraron 1983 con un promedio de tres meses de atrasos en la percepción de sus salarios, han vivido los últimos meses pendientes de un encargo vital para ellos: el superpetrolero S-106, o Settebello, de 322.000 toneladas, encargado en 1973 por el armador alemán Thissen, que ahora ya no lo quiere. El armador no acepta el plazo de entrega del buque, fijado por las autoridades portuguesas en el 31 de agosto de 1983, tras el incumplimiento de un plazo inicial con vencimiento en 1982.

Salarios no garantizados

El caso se encuentra pendiente de los tribunales internacionales y, mientras tanto, el superpetrolero, que pasó sus últimas pruebas a mediados de agosto, está amarrado en los muelles de Setenave y los obreros se han quedado sin el principal objeto de su actividad, que todavía no han cobrado.Con un encargo momentáneo de tres buques para la marina mercante portuguesa y un pasivo de 3.800 millones de escudos a finales de 1982, según fuentes del comité de trabajadores, la empresa ha sido declarada en "situación económica difícil". El Gobierno no garantiza el pago de los salarios de septiembre. Los subsidios estatales se han cortado y los trabajadores se encuentran en permanente estado asambleario, convencidos de que las nuevas medidas de austeridad tendrán efectos dramáticos en Setenave.

El comité de trabajadores recuerda que Portugal ha pagado 240.000 millones de escudos en fletes a navíos extranjeros en el período 1976-1983 y que las flotas pesquera y mercante portuguesas están obsoletas y caducas, hasta el punto de que la importante industria conservera del país se nutre, en buena parte, de las importaciones de pescado. Otros se benefician de ello.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_