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Incierto futuro político en Filipinas tras el asesinato del líder de la oposición

Benigno Aquino, 50 años, principal rival político del presidente filipino Ferdinando Marcos, fue asesinado ayer, por los disparos de un revólver Magnum 357, en el aeropuerto de Manila cuando regresaba al país después de tres años de exilio en Estados Unidos. 40.000 seguidores de Aquino esperaban la llegada del líder de la oposición en la terminal aérea. El atentado agudiza la incertidumbre sobre el futuro político de Filipinas, donde están previstas elecciones legislativas en 1984. El Ejército se halla en estado de máxima alerta, por temor a un estallido de protesta popular. Estados Unidos ha condenado este asesinato, pero la Casa Blanca mantiene el viaje que Ronald Reagan tiene programado realizar a Filipinas en noviembre.

Aquino tenía prohibida su entrada en el país, e inmediatamente después de aterrizar en el aeropuerto de Manila el avión que le transportaba subieron a bordo varios hombres uniformados que obligaron a Aquino a descender, al tiempo que ordenaban a los pasajeros que permanecieran en sus asientos.Minutos después sonaban varios disparos y el cuerpo de Aquino caía desplomado, alcanzado por un tiro en la nuca. Junto a él era abatido un hombre de unos 20 años al que las autoridades filipinas atribuyen la autoría del asesinato. Testigos presenciales de lo ocurrido, sin embargo, manifiestan que fueron dos miembros de la escolta de Aquino quienes dispararon sobre el dirigente político.

El líder de la oposición filipina había recibido la confidencia de que si entraba en el país sería asesinado por un hombre que, a su vez, sería abatido en el acto, según ha manifestado un cuñado de Aquino. Para prevenir el atentado, Aquino se colocó un chaleco antibalas antes de bajar del avión, aunque dijo a su cuñado que "si me disparan a la cabeza soy hombre Muerto".

La familia del dirigente político asesinado entregó a la Prensa la declaración que pensaba realizar Aquino. El hombre que volvía a Filipinas con la idea de participar en las elecciones legislativas del próximo año y que aparecía como la auténtica alternativa al régimen de Marcos había escrito que "el sacrificio voluntario del inocente es la mejor respuesta concebida por Dios y por el hombre para hacer frente a la tiranía insolente".

El asesinato de Aquino levanta una negra sombra de incertidumbre sobre el futuro político de Filipinas. La oposición considera que este asesinato marca "el principio del fin" del régimen. El Departamento de Estado norteamericano condena este atentado "cobarde e innoble", pero la Casa Blanca ha anunciado que se mantiene la visita que a primeros de noviembre piensa realizar a Filipinas el presidente Reagan. Hace pocas semanas, Filipinas y Estados Unidos firmaron un acuerdo que permite a éstos conservar sus dos más importantes bases militares en el sureste asiático.

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