Salvador Dalí
No quiere comer, insulta a los médicos y se niega a que lo hospitalicen", ha declarado a Le Quotidien de París Amanda Spag, quien ha visitado recientemente al pintor catalán en su residencia de Pubol. "Es un verdadero suicidio, aunque Salvador no esté lúcido nada más que algunos minutos al día". Dalí reconoció a la hija adoptiva y, en su idioma materno, le dijo que ya no tenía ningún gusto por la vida y que no ha cogido un pincel en los últimos 12 meses. "Hubiera sido mejor que Dalí muriese en su apogeo, como Picasso", confesó Amanda, quien asegura que no ha querido figurar en el testamento del artista.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.