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Primeros campeonatos mundiales de atletismo

Carl Lewis y Jarmila Kratochvilova, protagonistas de dos récords mundiales

Como Carl Lewis no hay otro. Su superioridad es insultante. Comienza la final de longitud, renuncia al primer salto para correr la semifinal del relevo, corre como un demonio, se va al foso, salta 8,55 metros, luego 8,42 y vuelve al relevo para participar en la final y realizar la carrera más rápida que jamás se haya hecho en el mundo. Es nuevo récord mundial de relevos. Sólo él podía contribuir a realizarlo. Lewis colapsó incluso a otra gigantesca figura del atletismo que ayer pasó a la historia: Jarmila Kratochvilova; la checa hizo el primer doble del mundo en 400 y 800 con nuevo récord mundial. El uno acaba de llegar al atletismo; la otra consume sus últimas actuaciones. Entre ellos no hay nadie. Son dos colosos que pertenecen a otro mundo.

Ayer se vivió una jornada histórica en el estadio olímpico de Helsinki. Para ello tuvo que coincidir que se celebraran dos finales, en las que la velocidad es imprescindible, con un protagonista común: Carls Lewis. No se puede saltar longitud si no se es rápido y no se puede batir un récord mundial de relevos si no está Lewis. Peores entregas no pudieron realizar sus compañeros King, Gault y Smith. El testigo saltó en las manos. Lewis lo arregló corriendo tan rápido como jamás lo haya hecho el hombre. Él supo coger el testigo sin que le rebotara; se lo cambió de mano a la antigua usanza y voló. Sus pies no rozaban el suelo. Era llevado por una fuerza sobrehumana. Corrió contra el propio hombre y atravesó la barrera de las; limitaciones humanas.Carl Lewis todavía escribirá más páginas gloriosas en el atletismo. El récord más fabuloso, los 8,90 de Beamon en longitud, lo batirá en cuanto se lo proponga. Ayer no podía ser. Su nombre aparecía inscrito en dos pruebas: longitud y relevos. Comenzaron a la vez y renunció al primer salto para llevar a su equipo hasta la final del relevo. Se presentó en el foso y con 23, zancadas a salida parada, casi 50 metros de carrera, batió y se fue hasta los 8,55 metros -1,2 metros por segundo de aire a favor-, que es, su sexta mejor marca. Realizó otro salto (8,42) y sus compañeros del relevo le reclamaron para correr la final. No saltó más en longitud. Era suficiente.

Lewis une a sus fabulosas condiciones de velocista una técnica impecable para el salto de longitud. En esta prueba son fundamentales tres aspectos: la carrera, la impulsión y el estiramiento. Correr lo hace mejor que nadie y, además, es capaz de acortar la longitud de las tres últimas zancadas sin perder la aceleración, fundamental para transformar la velocidad de carrera en velocidad de despegue y hacer volar el cuerpo, con un ángulo de 20 grados, hacia el infinito. Una tijera doble en el aire -tres zancadas y media- le catapulta en cada salto hasta donde no pueden llegar los demás. Con 22 años y sin haber competido todavía en gran altitud, ya ha hecho tambalearse a Jesse Owens

Jarmila Kratochvilova escribió otra página de oro en la historia del atletismo y en las restantes finales individuales los mejores atletas del momento -Skamrahl, Savinkova y Ambrozene- fueron destronados por sus sucesores.

Fesenko realizó la segunda mejor marca mundial de todos los tiempos en 400 vallas; Kocembova la tercera en 400 lisos y Decker desmitificó el fondo soviético con una carrera en la que conjugó ritmo y velocidad; fue en cabeza du rante toda la carrera, y cuando iba a ser superada en los últimos metros, un vertiginoso cambio de ritmo la llevó al triunfo.

La gran decepción fue el relevo femenino de Estados Unidos, que no se clasificó para la final. Brown Williams, Cheeseborough y Givens realizaron los peores cambios que se puedan realizar y llegaron a la meta en un tiempo de 44.20. En la final ganaron las atletas de la República Democrática Alemana: Gladisch, Koch, Auerswald y Gohr.

La actuación española registró la eliminación de Sánchez Vargas -lesionado en la serie de ayer- en 3.000 obstáculos por 62 centésimas (8.23.92) y la clasificación para la final de Domingo Ramón, que tuvo la ventaja de correr en la segunda semifinal y saber el tiempo que necesitaba hacer (8.21.61) si no entraba entre los cuatro primeros.

Cholo García alcanzó la semifinal de 5.000. Corrieron 36 para eliminar a seis y no hizo falta ningún esfuerzo para descolgar rivales que ya lo hacían por sí solos. El representante de las islas Caicos hizo más de 18 minutos. A Cholo le bastó para clasificarse holgadamente 14.57.

Antonio Corgos fue el segundo atleta español que logró una excelente clasificación en estos mun diales. Fue séptimo en la final de longitud con 8,06 metros -0,3 metros por segundo de aire a favor-, pese a actuar disminuido por una lesión que arrastra en el recto del abdomen. Su serie fue de 7,94, 7,79, 7,92, 7,91, 8,06 y nulo, en un último intento muy arriesga do y largo para llegar hasta los 8,13, marca que en condicione.s normales hubiera alcanzado fácil mente y le hubiera proporcionado una medalla.

La consagración a los 83

Jarmila Kratochvilova ha sido la primera mujer en el mundo capaz de atravesar la frontera que suponen los 400 y los 800 metros. Entre ambas hay una barrera infranqueable para la casi absoluta totalidad de los atletas. Son dos carreras radicalmente distintas y hasta incompatibles entre sí. El 400 es la máxima expresión a la que pueden llegar los velocistas; el 800 es por donde empiezan los fondistas. Pero ya la segunda es prácticamente otra prueba de sprint largo.Alberto Juantorena, en los Juegos Olímpicos de Montreal, fue el primer hombre que ganó las dos pruebas. Su hazaña no ha sido todavía igualada por ningún otro atleta. Ha tenido que ser la Kratochvilova en los primeros mundiales, con el añadido de romper por primera vez otra barrera mítica, los 48 segundos, nuevo récord del mundo. La nada agraciada checoslovaca se ha acabado de consagrar a los 33 años, sin que esa edad tan avanzada le haya mermado su calidad muscular, imprescindible para la velocidad desarrollada en la carrera.

La atleta logró este hito en la historia del atletismo después de haber establecido recientemente el récord mundial de 800 metros (1.53.28) -con lo que ya posee las plusmarcas de las dos distancias-, y de haber efectuado siete carreras en cuatro días en Helsinki. Corrió las series de 400 en 52.42 y 52.40, la semifinal en 51.08 y la final en los fenomenales 47.99. En 800 realizó series de 2.12.35, en semifinal de 1.59.58 y en la final, 1.54.68. Fue la última atleta que logró vencer a su gran freno, Marita Koch (ahora compite en 200 y 100), y a la que ha arrebatado su récord de 48.16, establecido en los Campeonatos de Europa de Atenas-82.

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