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Brenda Wigley

salvó a su marido de una muerte segura bajo los cuernos de un toro de la raza Holstein, cuando embistió con su automóvil al enfurecido animal. Brenda tuvo que atropellar más de 30 veces al cornúpeta para que soltase a su presa, lo que demuestra que en el Reino Unido también hay toros bravos, sobre todo sí se les interrumpe en plena luna de miel como pretendía Howard Wigley, de 46 años, cuando fue atacado.

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