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Historia de cuatro años 'en blanco'

Ángel Nieto, 36 años de edad, cuando sólo tenía 17 y no contaba ni con el carné de conducir, ya tomaba parte en carreras. Quería correr a toda costa, y las limitaciones federativas no contaban para él. Por aquella época llegó a tener problemas por su juventud, porque corría sin la imprescindible licencia. Fue en Francia -en su primera aparición internacional-, donde sufrió un accidente que permitió que los organizadores se dieran cuenta de la irregularidad, lo que le costó no volver a correr en pruebas internacíonales durante algún tiempo.Pero su carrera internacional propiamente dicha comenzó en 1969. El cambio de la reglamentación técnica internacional, que pasó a prohibir los motores de más de dos cilindros y las cajas de cambio de más de seis marchas en las motos de SOcc -por aquel entonces corrían motos de 50cc con cajas de cambio de más de 20 marchas-, benefició la aparición de la Derbi. Al final de esa temporada, por un sólo punto de ventaja, Ángel Nieto se proclamó campeón del mundo. Tenía entonces 22 años de edad.

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Desde aquel primer título al duodécimo han pasado 15 años. En estos 15 años -al margen de los dos títulos de la temporada de 1972-, Ángel Nieto fue campeón del mundo todos los años menos cuatro: 1973, 1974, 1978 y 1980.

Cuando llegó su primer año en blanco, el vallecano era ya cinco veces campeón del mundo. Derbi decidió retirarse, y el español fichó entonces por el equipo italiano Morbidelli, que había contratado también al genio holandés Jorg Müller, considerado como uno de los mejores diseñadores de motores de todo el mundo. Pero la temporada fue un fracaso. El primer fracaso sonado de la vida de Ángel Nieto. La fragilidad de las motos italianas le llevó a terminar la temporada en séptimo lugar. Tenía 26 años de edad y le quedaba demasiada fuerza para rendirse así como así.

Convenció a Derbi para que volviera al Mundial. Con la ayuda de la Federación Española, que presionó a la fábrica catalana y aportó dinero para sufragar parte de la temporada, Nieto volvió en 1974 con Derbi. Para él, los cinco títulos mundiales en cuatro años eran una garantía. Pero no bastó. Sólo había pasado un año, pero Derbi había perdido el tren de la competición al más alto nivel y no lo pudo recuperar. Ángel Nieto cerró la temporada con otro año en blanco. El segundo de su vida. Las cosas no podían seguir así.

"Si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él", debieron pensar Nieto y la Federación Española para contratar al equipo ho-. landés Kreidler, el mismo.que destronó al binomio Derbi-Nieto. La Federación pagó, Nieto se encontró en la escudería más fuerte de 50cc y no desprovechó la oportunidad. Rompió su mala racha. Su trayectoria estaba salvada.

Cuatro años más tarde, en 1978, el campeón español volvió a pasar horas muy amargas. Corría entonces con Bultaco, empresa española que, empujada por el propio Nieto y -como siempre- por la Federación Española, había comprado todo el departamento técnico-deportivo de la italiana Piovaticci. El comienzo fue muy bueno, porque no hizo falta casi más que cambiar en las motos las calcomanías de una marca por otra. Pero falló la evolución, y Nieto volvió a tener problemas. Había abandonado ya la categoría de 50cc porque le aburría y el aburrimiento era superior al placer de conquistar más títulos, y, también, para dar paso a Tormo.

Tenía 31 años, ya no era un niño, y la crisis fue más grave. Llegó a poner en duda sus propias condiciones. "Me adelanta gente que ni conozco", comentaba entonces con amargura señalando que no es que le superasen los buenos -a los que, obviamente, conocía-, sino también muchos otros. Pensó que su final estaba ya ahí, pero se resistía a aceptarlo. Se tragó su orgullo y, mediada la temporada, llamó a la puerta de la escudería italiana Minarelli, en la que estaba Müller -con el que había acabado mal en suálpoca de Morbidellicomo técnico, y Bianchi -con el que tampoco se llevaba muy bien- como piloto. Aceptó ser el segundo y dejar ganar siempre a Biánchi. Pero desde los primeros entrenamientos demostró ser mucho más rápido que el italiano. Su astucia le llevó a forzar el ritmo de Bianchi quien, nervioso por la presencia de Nieto, sufrió un grave accidente. Ya sólo en la escuderíay liberado del compromiso contractual, ganó todas las carreras, pero no pudo conquistar el título. Era su tercer año en blanco. Pero lo que sí conquistó fue el derecho a seguir en Minarelli, razón por la que terminaron por irse Bianchi y Müller.

Ángel Nieto volvió al año siguiente por la senda de los íriunfos, pero, un año después, en 1980, la pareja Bianchi-Müller se cobró la factura. La salida de Bianchi y Müller desmantelaron en buena parte el equipo Minarelli y, pese a las cuatro victorias del español, éste no pudo impedir la triunfo final de Pier Paolo Bianchi. Era su cuarto y -al menos por ahora- último año en blanco.

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