La inseminación artificial será regulada pronto en Suecia
Suecia dispondrá en breve de una legislación respecto al problema de la inseminación artificial, siendo el primer país de Europa occidental que adopta esta decisión. La novedad principal que aporta la nueva legislación es la de que los niños nacidos por este método, tendrán el derecho, una vez cumplidos los 18 años, a conocer la identidad de su padre biológico. De esta manera se elimina el anonimato indefinido de que gozaban hasta ahora los donantes de esperma.
Las disposiciones no modifican la situación en materia de responsabilidad jurídica, económica y social respecto al niño, que siguen siendo de cargo del hombre que está casado o convive con la madre artificialmente embazarada. La ley especifica también que ambos cónyuges suscribirán conjuntamente la solicitud de inseminación y el padre no queda exhimido de responsabilidad para el niño, en caso de divorcio. En todos los casos los solicitantes deberán constituir una pareja, no importa en que status legal, pero con todas las características de un matrimonio, aspecto que será investigado por las autoridades competentes antes de dar curso a una solicitud.Quedan excluidas de la posibilidad de inseminación artificial las mujeres solas y las parejas de lesbianas. Esto, en principio, deja de lado una de las reivindicaciones de los homosexuales suecos de ambos sexos, que es la de poder adoptar niños.
Actualmente, existen nueve hospitales en Suecia y algunas clínicas privadas, en las que se practica la inseminación artificial y se estima que unos 230 niños han nacido por este método. Las normas que rigen son las que aplican los médicos y las autoridades del hospital según criterio, las que ahora serán reguladas por la ley. La comisión de médicos y juristas que ha elaborado las nuevas normas entregará sus conclusiones al Gobierno en septiembre, las que, presumiblemente con muy pocas modificaciones, serán aprobadas por el Parlamento.
En opinión de algunos médicos la eliminación del anonimato del donante de esperma determinará una retracción en el número de éstos y se corre el riesgo de que prospere un mercado privado como el que existe en Dinamarca donde se ha montado todo un negocio a cargo de clínicas privadas donde la mujer puede conocer todos los antecedentes del donante, incluida su fotografía.
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