Las molestias del ZEN
En su número del 14 de julio y en Tribuna Libre, publica su diario una carta abierta de cuyo destinatario no esperan respuesta los firmantes de la misma. Yo también creo que tal señor tiene cosas más importantes que hacer, pero yo, en cambio, jubilado y desocupado, le escribo a usted que, en un constante y reiterativo afán por demostrar la liberalidad de su diario, permite que individuos que ni aman ni respetan la libertad, la democracia y mucho menos la Constitución, se duelan y aullen constantemente de las leyes molestas que suponen algunas operaciones policiales encaminadas a evitar gravísimas tragedias con las que harto frecuentemente nos suelen obsequiar esas jaurías de perros rebiosos o terroristas desalmados y fanatizados que, para bien de todos, es necesario exterminar.El tan vapuleado ZEN, para los ciudadanos de a pie, no supone más molestias que las del arreglo de cualquier calle en la que se pretende evitar que nos rompamos la crisma en un socavón, y cesen de una vez esas voces plañideras e hipócritas, porque se les ve demasiado el plumero. /
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