El 'pecado' estudiantil
En relación con el artículo de Mario Bunge "Los siete pecados capitales de nuestra Universidad", publicado los días 9 y 10 de julio en EL PAIS, quisiera comentar algunos aspectos:Yo no sé si son siete o más, ni siquiera si son estructurales los pecados capitales" de la Universidad; pero quiero referirme al pecado de los estudiantes.
El estudiante universitario, en general, efectivamente, es indiferente y apático hacia los valores de creación y difusión de conocimiento original, pero también es verdad que lo es a la fuerza, orientado y encaminado con mano dura por sus profesores, o al menos por el sistema docente que, emplean: la memorización de sus apretadas, rápidas y frecuentemente inconexas clases magistrales. Este sistema -¿docente?- genera un culto al apunte y a la memoria el cual intoxica y castra intelectualmente a cualquier estudiante universitario que quiera aprobar (que no conoce) asignaturas.
Éste es, desde luego, el mejor sistema para preparar profesionales ineficaces, personas frustradas culturalmente y con una imaginación (factor de investigación fundámental, a mi entender) al menos esclerosada.
El señor Bunge propone que para acabar con la apatía del estudiante frente a los valores académicos será preciso exigirle más. ¿Más qué? ¿Más horas de empolle y memorización? En muchos casos esto es fisicamente imposible. Si un profesor es docente, pedagógico y mínímamente estimulante y creativo, poco habrá que exigirle al estudiante que esté motivado y tenga ambiente, medios y capacidad. /
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