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La nacionalización de Autopistas del Atlántico y Aucalsa llevará aparejada una reducción de capital

Miguel Boyer, ministro de Economía y Hacienda, declaró ayer, tras la reunión de la Comisión Ejecutiva del PSOE a la que asistió, que su postura sobre el futuro de Autopistas del Atlántico y Aucalsa (Autopista Concesionarla Astur-Leonesa) es nítida: "El Estado se las va a quedar porque no hay otra alternativa posible. Mi impresión es que habrá una reducción de capital previa a la adquisición de las acciones por parte del Patrimonio del Estado, aunque la decisión última la tiene que tomar la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos". La reordenación del sector, sobre el que el Ministerio de Obras públicas se propone mantener una vigilancia más estricta de la que ha tenido hasta ahora, pasa a medio plazo por la fusión de ACESA (Autopistas Concesionaria Española) y ACASA (Autopistas de Cataluña y Aragón) para salvar a esta última.

Cuando el lunes próximo la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos estudie el estado del sector de autopistas tendrá que decidir sobre la conveniencia o no de que se reduzca el capital de Autopistas del Atlántico -4.000 millones de pesetas de capital desembolsado- y de Aucalsa -6.582 millones de pesetas- antes de que se proceda a traspasar la titularidad de las acciones al Patrimonio del Estado o se elija la vía más cómoda de aplazar el pago del nominal hasta pasado el año 2.000, lo que equivaldría a realizar un esfuerzo monetario algo mayor. Aunque se reconoce la capacidad de decisión que tiene la Comisión Delegada lo cierto es que los principales ministerios implicados en la operación, Obras Públicas y Urbanismo y Economía y Hacienda, ya han hecho declaraciones en el sentido de que consideran imprescindible que se proceda a la reducción del capital como paso previo a la nacionalización.Una vez que el Patrimonio del Estado se haga cargo de estas dos autopistas, y se inicien los trámites para la creación de una empresa nacional que las gestione, se inicia la segunda parte del plan de actuación necesario que se desprende del informe de la Delegación del Gobierno en las sociedades concesionarias de autopistas de peaje.

Fusión para sanear

Con la nacionalización de esas dos empresas se ataja -vía Presupuestos Generales del Estado- el cáncer más peligroso que tiene el sector. Pero con ello no quedan solucionados todos los problemas. Queda aún por decidir qué hacer con ACASA y, en general, cómo lograr una refinanciación de la deuda externa -311.000 millones de pesetas-, cuyos vencimientos de principal e intereses lastra muy negativamente la cuenta de resultados global del sector.El saneamiento de bancos en crisis llevado a cabo por el Fondo de Garantía de Depósitos ha hecho que esta institución tenga el 58% del capital de ACESA y que, junto con el Patrimonio del Estado a través de un banco de Rumasa, controle el 20% en Autopistas del Atlántico. La situación de la empresa Autopistas Concesionaria Española no ofrece ninguna inquietud y en 1982 obtuvo unos beneficios de 2.631 millones de pesetas. Aparte del Fondo de Garantía de Depósitos los otros accionistas son: Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Barcelona -12,8%-; Caixa - 1 l,45/.-; SEAT -5%-; Caja de Ahorros Layetana -2,1%-; otras cajas -7,2%- y el resto de accionistas tienen el 3,7%.

En los últimos cuatro años ACESA ha conseguido beneficios superiores a los 1.000 millones de pesetas, duplicándose casi los correspondientes a 1982 en relación a 1981. Recientemente se ha nombrado nuevo presidente de la sociedad a Carlos Bustelo, ex ministro de Industria, y la propuesta de reparto de beneficios que se ha aprobado en la última junta general muestra la idea que la Administración tiene sobre el futuro de la empresa. Todos los beneficios han sido destinados a reservas, siendo el primer año que no reparte dividendo, al considerar que la situación de ACASA (Autopistas de Cataluña y Aragón), filial al 98% de ACESA, exige el esfuerzo de la empresa matriz.

ACASA tuvo en 1982 unas pérdidas de 1.777 millones de pesetas y el plan económico-financiero presentado en mayo de este año por la propia empresa deja clara su inviabilidad financiera. Según este informe el máximo endeudamiento de la sociedad se sitúa en 50.050 millones de pesetas en 1994; no hay previsión alguna de que se produzcan beneficios a lo largo del tiempo de vida de la concesión, hasta 1998, y no se llega, en ese período, a amortizar totalmente la deuda contraída por la sociedad. La solución, pues, parece la fusión con la empresa matriz y que los resultados positivos que ésta obtiene se utilicen en la medida de lo necesario en absorber las pérdidas de la segunda.

Renegociar la deuda externa

El total de los créditos que las autopistas tienen concedidos para financiar sus inversiones ascendía a finales de 1982 a 370.000 millones de pesetas, de los que 310.000 son créditos exteriores en divisas, la mayoría de ellos avalados por el Estado y con el seguro del tipo de cambio de la peseta para todos los casos, salvo para el endeudamiento exterior contraído por Ibérica de Autopistas.Los créditos exteriores conseguidos por las empresas del sector, en buena parte de los casos actuando bancos españoles como agentes en las operaciones, tienen un período de amortización medio de siete años. La duración de las obras de construcción y los ingresos esperados en los años de explotación comercial de las concesiones exigen que estos créditos sean cambiados por otros al menos vez y media, mientras dura la concesión. La existencia del seguro de cambio para buena parte de estos créditos ha costado, hasta 1982, más de 72.000 millones de pesetas al contribuyente, a través del Tesoro español, que de otra forma habría recaído directamente sobre la cuenta de resultados de las sociedades.

A partir del segundo semestre de este año, y en cantidades crecientes en los próximos ejercicios, las empresas de autopistas necesitan salir a los mercados exteriores para refinanciar la parte de su deuda que va venciendo. La clarificación que la nacionalización de las dos empresas en peor situación financiera y la fusión de ACESA y ACASA va a servir, al menos eso se espera entre los bancos extranjeros, para que dicha refinanciación sea más fácil y posiblemente más barata.

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