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Crítica:El cine en la pequeña pantalla
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Rubicón de un director

Edward Dinytryk fue considerado durante los primeros años cuarenta -su carrera comenzó desde abajo en 1935- como uno de los jóvenes directores de cine con mayor futuro dentro de los círculos de la izquierda en Hollywood. Muy cercano profesionalmente al radical Adrian Scott, que llegó a ser uno de los personajes más enconadamente perseguidos por el senador Joseph McCarthy y que fue productor de algunos de los primeros y más interesantes filmes de Dmytryk, entre ellos Adiós, muñeca, primera versión de la novela de Raymond Chandler.Dmytryk militó en el Partido Comunista de los Estados Unidos junto a algunos otros grandes cineastas de su generación, como Joseph Losey, Robert Rossen y Elia Kazan, y en 1947 tuvo que escapar a Londres en medio de una aventura llena de tretas y casi calcada de algún filme negro de la época, género que el propio Dmytryk cultivó con cierto esmero, como es el caso de Fuego cruzado, película muy alabada en su tiempo y hoy en cambio algo envejecida, basada en una novela de Richard Brooks que contenía una dura y admirable interpretación de Robert Ryan, Robert Mitchum y Lizabeth Scott.

En Inglaterra, nada más finalizar en Hollywood Fuego cruzado, tuvo ocasión de seguir dirigiendo filmes. A finales de ese año realizó So weIl remembered, con John Mills y Martha Scott, filme todavía de producción norteamericana. En 1949, ya con producción enteramente inglesa, dirigió Give us this day, que en los Estados Unidos se exhibió con otro título, Salt lo the Devil, y que fue traducida aquí como Un hogar en Brooklyn. Se trata de una comedia de las llamadas sociales, con pinitos poéticos y ambientada en los medios sociales de la emigración italiana en Nueva York en los años 20. En el filme hay un reparto muy nutrido de excelentes segundones, entre ellos el admirable actor inglés Sidney James, que es de los que hacía de todo y todo bien. Junto a él actúan Lea Padovani, Sani Wanamaker, especialista en personajes cínicos, y Kathleen Ryan.

En Inglaterra Edward Dmytryk cruzó el Rubicón mental de su izquierdismo, y en 1951 volvió a Estados Unidos con las orejas agachadas, aceptó el rapapolvo del fascista Comité de Actividades Antiamericanas, colaboró en la famosa caza de brujas y, tras realizar The sniper -todavía un filme de calidad- en 1952, se integró plenamente en la producción de consumo rutinario, sin que despuntara otra vez su antigua pasión por ofrecer filmes originales. La mayoría de sus filmes posteriores fueron westerns, y el mejor de ellos, Lanza Rota, con un gran trabajo de Spencer Tracy y Richard Widmark, es tan sólo una nueva versión de House of strangers, de Joseph L. Mankiewicz. De ahí que, cuando menos, Un hogar en Brooklyn, el filme que esta noche emite la televisión, nos ofrezca al Dmytryk que todavía era una esperanza para el cine de su país

Un hogar en Brooklyn se emite a las 21.40 por la segunda cadena.

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