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Harry James, un tipo con 'swing'

Harry James, trompetista de jazz, falleció el pasado martes en un hospital de Las Vegas, a los 67 años de edad.Lo que ha significado Harry James para el jazz no es difícil de resumir. Harry James era un trompeta de gran técnica, excepcionalmente brillante, y que construía sus solos con una lógica impecable. No tenía la profundidad de los grandes solistas negros, pero estaba siempre al tanto de lo que hacían. Había comenzado tras la huella de Armstrong, pero luego se dejó llevar por emociones más fuertes y escuchó de cerca a terribles como Cootie Williams y los pocos que pudieron seguir al feroz Bubber Miley.

Evidentemente, James era más fino que todos ellos, pero solos como el que hizo en el Sing, sing, sing del célebre concierto del Carnegie Hall, con la banda de Benny Goodman, dan escalofríos todavía hoy; la banda de Goodman, cuando se ponía de pie la sección de trompetas que formaban James, Ziggy Elman y Chris Griffin, debía ser cosa de ver.

Harry James era también un hombre del espectáculo. Cuando dejó a Goodman para formar su propia orquesta, acentuó quizá demasiado esa faceta espectacular: tuvo en su banda como cantante a un Frank Sinatra primerizo, ganó muchísimo dinero, asombró a los oyentes ingenuos con versiones pirotécnicas de El carnaval de Venecia y El vuelo del moscardón, salió en muchas películas y se casó con una actriz de cine famosa, Betty Grable, las mejores piernas de América.

No hay que ser un genio para descubrir que muy pocas de esas actividades se consideran méritos auténticos a la hora de hacer el repaso de la carrera de un músico de jazz. Pero, a fin de cuentas, le valieron para mantener un ojo puesto en sus verdaderos ídolos, los músicos negros, y sobre todo Count Basie, y Duke Ellington, de quien declaró a una revista: "Él abrió la puerta por la que pasamos todos".

Es de este Harry James del que ha de guardar los mejores recuerdos el aficionado al jazz. El Harry James que contribuía al rugir de las trompetas de Benny Goodman, al tiempo que grababa con un pequeño grupo donde estaba lo mejor de Basie y Ellington; el Harry James que hacía boogie-woogie con los monstruos de la especialidad.

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