La comitiva femenina tuvo un apretado programa turístico
Mientras los participantes en la cumbre hispanofrancesa debaten "informalmente y sin orden del día" los temas de interés bilateral en uno de los majestuosos salones del palacio real de la Granja, -un marco muy elogiado por el jefe de la diplomacia francesa Claude Cheysson, según señaló a los periodistas el director de la Oficina de Información Diplomática, Fernando Schwartz- las esposas de los ministros, secretarios de Estado y diplomáticos de ambos países hicieron frente ayer a un apretado programa turístico.Después de almorzar la totalidad de la comitiva en el parador nacional de Turismo de Segovia, donde se hospeda y a donde llegó a primera hora de la tarde directamente desde Barajas, las damas iniciaron rápidamente su itinerario turístico por libre. Como era obligado, se dirigieron en primer lugar al propio Palacio Real de la Granja, pero no para encerrarse allí como sus esposos, sino para visitar sus dependencias y especialmente los monumentales jardines y fuentes, como lo hacen a diario cientos de turistas. Nada más terminar la visita de cumplido, las damas se desplazaron -por cierto utilizan para sus desplazamientos el autobús de la selección chilena en el mundial de fútbol de 1982- hasta Segovia, donde eran esperadas a los pies del acueducto por la gobernadora civil de la provincia, Cristina Martín-Bustamante.
En su compañía, la decena de damas hispanofrancesas, en medio de un discreto servicio de seguridad, muy discreto comparado con el aparato desplegado en tomo al palacio de la Granja, subieron calle Real arriba hasta la Plaza Mayor, donde se encuentra el ayuntamiento. En la casa consistorial el alcalde de la ciudad, el socialista Miguel Angel Trapero, tras darles la bienvenida les obsequió con recuerdos de Segovia y con un refrigerio a base de champán, naturalmente español.
Terminada la recepción, prosiguió el recorrido turístico por la ciudad, para terminar acercándose a otro palacio del Real sitio de San Ildefonso, el de Riofrío, convertido hoy en Museo Nacional de Caza. El reencuentro con los esposos se produjo a las 9.30 de la noche, con motivo de la cena obligada también en el ítinerario turístico convencional en el mesón de Cándido, donde degustaron conjuntamente un menú sin embargo nada típico de la tierra: crema de langosta, salmón fresco grillé y contra de ternera asada. Después de la cena, las damas continuaron aún su jornada turística, a la que sumaron ya varios de los ministros de. uno y otro país, con un nuevo recorrido por la ciudad, en esta ocasión para contemplar iluminados sus monumentos.
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