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Crítica:VISTO / OÍDO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un yoquei, metido a Sherlock Holmes

Mábel Galaz

Sid Halley debe algo a las carreras de caballos, y por eso decide hacerle la competencia a Sherlock Holmes en la serie británica que se emite en la sobremesa con el nombre de Intrigas en el hipódromo. Halley deja su fusta de yoquei por un accidente y se asocia con un amigo para tratar de conservar la pureza de este deporte, lleno en la serie de hombres malvados que torturan inválidos, mujeres perversas que juegan con cuchillos y suegros núllonarios con fincas inmensas.Aunque no aparece ningún rótulo ni antes ni después de que comience a emitirse Intrigas en el hipódromo que deje claro eso de que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, no hace falta tener demasiada imaginación para adivinar que todo lo que ocurre en la pantalla sólo puede suceder allí. Sería muy difícil imaginarse uno a Claudio Carudel fotografiar los papeles de Ramón Mendoza para ver qué es lo que quiere hacer con el hipódromo desde su puesto de presidente o verle examinar las trampas que puedan ocultar las escasas vallas de publicidad de la Zarzuela antes de tomar parte en una prueba.

Y es que no falla: cuando Televisión Española. se decide a programar alguna serie de carreras de caballos, ésta siempre tiene algo que ver con la corrupción, el doping o la estafa en las apuestas. Por ello no es extraño que cuando alguien acude por primera vez a un hipódromo pregunte siempre: "Pero, ¿esto está arreglado?".

La proyección de Intrigas en el hipódromo -el nombre lo dice todo- coincide con la implantación a nivel nacional de la quiniela hípica. Seguro que algún mal pensado habrá imaginado que esta coincidencia se debe al ínterés que Televisión Española tiene en que los telespectadores conozcan algo más de lo que sucede en un hipódromo, o a lo mejor es una ideade Gonzalo Vallejo, director de la primera cadena de televisión y propietario de una cuadra de caballos, para, como prometió, popularizar este deporte.

Los únicos beneficiados con la serie han sido los yoqueis españoles, que están tranquilos, porque saben que tienen su futuro asegurado: cuando las fuerzas les flaqueen y tengan que retirarse, sólo tendrán que imitar a Sid Halley.

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Sobre la firma

Mábel Galaz
Fue la primera mujer en pertenecer a la sección de Deportes de EL PAÍS. Luego hizo información de Madrid y Cultura. Impulsó la creación de las páginas de Gente y Estilo. Ha colaborado con varias cadenas de televisión y con la Cadena Ser. Ahora escribe en El País Semanal.

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