Una jornada para Hidrola
"Están locos". Con esta frase, que era al mismo tiempo un signo inequívoco de abandono e incomprensión, muchos empleados dejaban el corro en el que, en el mercado madrileño, se estaban pagando a siete pesetas los cupones de la ampliación de capital de Hidrola.Y, aunque la cosa no sea como para dudar de la capacidad de razonamiento de nadie, sí que es de dificil comprensión. Al precio de cierre, 6,25 pesetas, y una vez incluidos los gastos, una acción nueva cuesta dos enteros y medio más que una antigua, esto es, 12,50 pesetas.
La expectación en las bolsas estuvo centrada ayer principalmente en esta ampliación, ya que la situación, y casi la evolución, del resto del mercado, era conocida de sobra.
Evidentemente, no pudo tener mejor principio y el hecho de que cerrase casi al precio teórico es un buen síntoma. Lo demás cae en el terreno de la especulación, por supuesto imaginativa.
Las acciones viejas respondieron bien, descontando el cupón y recuperando medio entero. Y esto fue casi lo único que se recuperó en el sector, ya que la debilidad fue la nota más destacada en un grupo del que se esperaba que, al menos, aguantase hasta el viernes.
El sector bancario, y en particular los siete grandes, también aportó su grano de arena para que los asiduos tuvieran algo que hacer además de pasear.
Con unos saldos por caja que continúan siendo pequeños, pero que poco a poco adquieren signo positivo, van apuntándose subidas en algunos casos considerables, ante el asombro general. 21.716 títulos a la compra era la cifra que presentaba este selecto grupo, una vez descontados los 3.000 que tenían a la venta el Central, Hispano y Vizcaya. Salvo el Hispano, que repitió, todos se anotaron alguna mejora.
Hasta aquí, la situación en los cuatro mercados era similar y, junto con la subida de Telefónica, que ahora sí parece poder alcanzar el 90%, los mercados se orientaban hacia otra sesión con signo positivo.
Pero no fue así en Barcelona, en donde los valores químicos continuaron cediendo y las constructoras iniciaron un repliegue que fue suficiente para que el índice de este mercado perdiese 25 centésimas.
En la Bolsa de Madrid, el sector químico, gracias a las compañías petroleras y, sobre todo, al irresistible avance de Petromed, ganaba más de dos puntos. En el grupo de varios, era la Unión y el Fénix quien nuevamente se convertía en protagonista de una fuerte subida.
Tras estas actuaciones aisladas que, gracias a la actual debilidad de los mercados bursátiles, van logrando mantener los índices generales en unos niveles altos, queda un hecho fijo: los mercados de valores encuentran más facilidades para subir que para acceder a la baja.
La justificación de esta resistencia tan sólo puede estar en las expectativas de una recuperación económica. Es cierto que los actuales volúmenes de contratación hacen pensar en algo parecido a un proceso de hibernación del mercado de renta variable.
Algo parecido sucedía a finales del pasado año, pero entonces no había ningún tipo de expectativas y los índices generales también lo reflejaban.
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