Detenidos los presuntos autores del altentado contra la central telefónica de Ríos Rosas

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El atentado contra la central de Ríos Rosas, centro neurálgico del sistema de comunicaciones de la Compañía Telefónica Nacional de España, fue cometido por un comando compuesto por cinco personas, que colocaron 170 kilos de explosivos en puntos claves del centro, y causó la interrupción o anomalías en el servicio de unos 700.000 teléfonos de todo el país.

El Gabinete Central de Identificación, según una nota del Ministerio del Interior que recoge Efe, determinó que los vehículos utilizados en el atentado contra la central telefónica de Ríos Rosas, a los que se había cambiado las matrículas y alterados los númerosos de identificación de sus motores y bastidores, pertenecen a Domingo Balda Balda y Felipe Baruza Arruza, residentes en Gorriti.

Estas personas, según la misma nota policial, continuaban pagando las letras firmadas para la adquisición de los vehículos, que figuraban como sustraidos, según denuncia de sus dueños.

El pasado 31 de mayo se detuvo en Gorriti al párroco de la localidad y a los propietarios de los dos coches, y en Ermua a Tomás Trifol. Según la policía, el párroco habría sustraido los coches, en posible connivencia con sus dueños, y los habría puesto a disposción de ETA Militar para la realización del atentado contra la central telefónica en la capital de España.

Según las declaraciones de los detenidos, continua la nota del Ministerio del Interior, Arricibia Ansorena y Trifol Manzano habrían recibido en la localidad francesa de Biarritz, de Domingo Iturbe Abasolo Txomin, máximo dirigente de ETA Militar, dos millones de pesetas, en dos entregas, para subvencionar la revista en vasco Anaitasuna.

Los tres detenidos que han ingresado en prisión alojaron en sus domicilios, en varias ocasiones, a Jose María Zaldúa Corta, Luis María Barandalla Belvia, Abel Foruria Lachiondo y otro denominado Chato, todos ellos liberados de ETAm.

Trifol les recogió en una ocasión en Fuenterabía y les llevó a Gorriti, trasladándoles al cabo de unos días a Pamplona. Poco después, el 17 de abril de 1982 se produjo el atentado contra una tanqueta de la Policía Nacional, en que murió un agente y resultaron heridos seis. Posteriormente, añade la nota del Ministerio del Interior, Arricibia Ansorena y Tomás Trifol efectuaron nuevos traslados de etarras liberados.