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Asesinado un recluso en la cárcel Modelo de Barcelona

Manuel Lorente Fernández, recluso de la cárcel Modelo de Barcelona, apareció ayer muerto sobre una de las literas de una celda de la cuarta galería, una de las más conflictivas de ese centro penitenciario. Manuel Lorente había sido apuñalado y su muerte abre de nuevo la polémica sobre la conflictividad de esa cárcel, donde el traslado de centenares de presos a otras prisiones parece no haber conseguido el efecto esperado.Sobre las 13.30 horas de ayer un funcionario de la Modelo que estaba haciendo el recuento de presos en la cuarta galería encontró en una de las literas de una celda, debajo de una manta con grandes manchas de sangre, el cuerpo inerte de Manuel Lorente Fernández. Un par de horas más tarde el juez de guardia, que ayer era el magistrado juez Manuel Sáez de Parga, y el forense levantaban el cadáver. Manuel Lorente había muerto a consecuencia de un gran y único navajazo en el pecho. La celda quedó precintada con el fin de facilitar el trabajo a los inspectores del Gabinete de Identificación y del Grupo de Homicidios de la policía.

Este recluso, el noveno que muere de forma violenta en la Modelo en lo que va de año, tenía 29 años de edad, era natural de San Andrés de la Barca (Barcelona), y estaba recluído en situación de preventivo por dos causas por robo a mano armada. Hace unos días se vio el juicio por una de ellas y Manuel Lorente estaba esperando el resultado de la sentencia.

Lorente Fernández ingresó en la cárcel Modelo el 14 de julio de 1980 y era uno de los presos más conocidos por los funcionarios del establecimiento, no en vano Manuel Lorente había logrado evadirse por dos veces de su vigilancia.

Suicidio en Granada

Un joven recluso de la prisión provincial de Granada se suicidó durante la noche del pasado miércoles, colgándose del techo de su celda con una sábana atada al cuello, informa desde Granada Eduardo Castro según se hizo público ayer en esta ciudad.Se trata de Juan Carlos Bermúdez, de veinte años, que se hallaba recluido en calidad de preso preventivo, acusado de distintos delitos contra la propiedad. Al parecer, el joven era drogadicto y, tras su detención, había sido ingresado por orden judicial en el Hospital Psiquiátrico Provincial, donde ya protagonizó varios intentos de suicidio. Tras emitir el forense un informe en el que afirmaba que el detenido fingía su enfermedad para que se le administrara el correspondiente tratamiento antidepresivo, el juez encargado del caso, ordenó su traslado a la prisión provincial. A pesar de que no se le cortó en ningún momento el tratamiento, el joven intentó quitarse la vida una semana antes de su muerte, colgándose del techo con la correa de una bolsa de mano.

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