Una empresa canadiense aseguró la continuidad del Grand National

El Grand National, la carrera de obstáculos más famosa del mundo, podrá celebrarse de nuevo el próximo mes de abril gracias a que a última hora y cuando parecía que todo estaba perdido, una empresa canadiense ha puesto sobre la mesa las 700.000 libras esterlinas (140 millones de pesetas) que faltaban para poder comprar el hipódromo de Aintree, donde se corre el Grand National.

El hipódromo, cerca de Liverpool, iba a ser vendido a una empresa constructora porque resultaba poco rentable a su actual propietario, Bill Davies. Al desaparecer Aintree hubiera desaparecido también el Grand National porque no existe otro hipódromo en todo Gran Bretaña que reúna sus especiales características. El propietario del hipódromo afirmaba que el mantenimiento de Aintree era ruinoso, porque sólo puede ofrecer dos reuniones al año, dado el elevado número de hipódromos que hay en el Reino Unido y la dureza de este recorrido.El club de yoqueis de Inglaterra reaccionó inmediatamente ante la noticia de la venta y abrió una suscripción pública para reunir los 700 millones de pesetas que necesitaban para competir con la constructora. Sin embargo, el plazo otorgado por Davies llegaba a su fin sin que hubieran, podido completar la cifra, ni tan siquiera los 3,5 millones de libras con que estaba dispuesto a confirmarse el propietario en el último momento. El club de yoqueis contó incluso con el apoyo de la familia real británica, que abrió sus propias cuadras al público durante unos días para recaudar algo de dinero. El príncipe de Gales, Carlos, lanzó también un llamamiento a través de la televisión el pasado mes de abril, minutos antes de que se iniciara la última edición del Grand National, pidiendo a sus compatriotas que no dejaran morir una carrera que es, dijo, una institución, británica".

Esfuerzos inútiles

Todos los esfuerzos fueron inútiles. Cuando el pasado fin de semana se celebró una nueva reunión secreta entre los representantes del club de yoquei y los de Davies, todo el mundo creyó que el Grand National había muerto y pasado a la historia como una reliquia. La sorpresa saltó cuando una empresa canadiense de licores ofreció 140 millones de pesetas a cambio de que la carrera pasara a llamarse Seagram Grand National Davies, a quien su cartera le aconsejaba aceptar la oferta de la constructora, y su corazón la del club, hizo un nuevo esfuerzo: el precio final de Aintree sería de 3.400 libras (680 millones de pesetas), a pagar en cinco años."Estamos encantados de haber podido salvar una institución británica, afirmó el representante de la compañía canadiense. El portavoz del club de yoqueis Johnny Henderson, dio un suspiro de alivio: "¡al fin!, todo está acabado y Aintree no desaparecerá. Estoy muy contento". El secretario del club afirmó que sus miembros habían dado una magnífica respuesta a la campaña Salvar el Grand National, y resaltó que habían aportado más de 100 millones de pesetas, aunque adnútió que el club en cuanto tal tendrá que solicitar préstamos de los bancos por valor de otros 40 millones para completar la cantidad necesaria.

Los otros grandes benefactores de la carrera han sido la Horsehouse Betting Levy broad (Asociación de casas de apuestas), que aportó también 200 millones de pesetas, y aficionados norteamericanos, que enviaron unos 60 millones.

Los aficionados británicos no se portaron tan bien como el club de yoqueis parecía esperar, tal vez debido a la fuerte crisis económica que padece el Reino Unido."El esfuerzo ha merecido la pena", afirmó otro portavoz del club, que actuará como nuevo propietario de Aintree. La última edición fue posible solo gracias al patrocinio del diario londinense The Sun, pero el periódico no pudo, o no quiso, garantizar la supervivencia del hipódromo por más tiempo.