Armand Carabén, jefe de la Oficina Olímpica, dimite por estimar que su cargo carece de sentido
Armand Carabén, comisionado municipal y jefe de la Oficina Olímpica para la preparación de la candidatura de Barcelona a los Juegos de 1992, ha decidido presentar su dimisión irrevocable al cargo "porque mi trabajo no tiene ningún sentido, ya que pienso que la oficina es un montaje artificial, sin sentido y que en estos momentos no realiza el servicio para el que fue creada". Carabén, que ya ha comunicado su decisión a Pasqual Maragall, alcalde de Barcelona y a Josep Lluis Vilaseca, Director General de Deportes de la Generalitat, todavía no ha cursado formalmente su renuncia.Carabén, que sustituyó en el cargo de Romá Cuyás el pasado 4 de febrero, declaró ayer a EL PAÍS que "me sentía como un enchufado, no tenía independencia y además las elecciones municipales han retrasado cualquier movimiento". Carabén, que por precaución y pensando en un posible apartamiento o dimisión no había abandonado el resto de actividades, manifestó que "la creación de la oficina ha sido prematura, ya que el trabajo que estamos haciendo lo pueden realizar los servicios técnicos del Ayuntamiento". El hasta ahora comisionado municipal considera que "la oficina es una forma más de gastar dinero, que debería invertirse en instalaciones y diversos trabajos de preparación de la candidatura. "Me aseguraron que la oficina tendría autonomía propia y no ha sido así, ya que hemos estado parados durante todo el período electoral".
Carabén reconoció que "este no era un cargo para mí, nunca me he sentido cómodo en él, fundamentalmente porque la Administración es lenta. He estado recibiendo un sueldo que no me lo justifico". El ex comisionado municipal comentó también que "en torno al tema olímpico se ha hecho demasiado ruido y lo que hay que hacer es trabajar. Se ha hinchado mucho la creación de la oficina, dándole una irriportancia que no tiene".
El Ayuntamiento no quiso hacer comentarios al respecto, remitiéndose a la reunión que el Consejo Rector Olímpico celebrará la próxima semana. Por su parte, Josep Lluís Vilaseca comentó que comprendía a la perfección a Carabén "porque él es un hombre que procede de la empresa privada y su cargo era un cargo por hacer, indefinido y que debía definir él mismo. Se ha cansado, eso es lo único que ha sucedido".
Romá Cuyás, secretario de Estado para el Deporte, presidente del Comité Olímpico Español y ex comisionado inunicipal de la Oficina Olímpica disiente totalmente "de la no necesidad de la Oficina. Faltan tan sólo tres años para que el COI escoja la sede de los Juegos de 1992. Hay poco tiempo y es necesario de que hagamos realidad los proyectos que la candidatura ofrece. El trabajo a hacer es muy duro.
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