Un estado de libertades condicionales

Unas pocas palabras para felicitar a su equipo de editorialistas por el artículo sobre el fichero de Barrionuevo. Solamente quisiera añadir unas pocas cosas:1. No me inquietaría en absoluto que el Ministerio de Hacienda tuviera un fichero sobre alquileres y ventas de pisos, con el fin exclusivo de controlar las declaraciones de renta. Por el contrario, me inquieta muchísimo que la DGS lo tenga. Al fin y al cabo, el perjuicio que puede ocasionar un funcionario de Hacienda está limitado a que yo pague más de lo deseable. Además, confío más en el cumplimiento de prescripciones de delitos por funcionarios de Hacienda que por la DGS.

Como usted recordará, recientemente se publicó en su diario una carta de una persona que tuvo problemas en la frontera por una orden de busca y captura del TOP en 1964 y 1966.

2. Como profesional de la informática, siempre me ha parecido sospechoso el hecho de que el Estado no tenga presupuesto para modernizar los juzgados con equipos de procesado de palabra, sistemas de archivo informatizados de sentencias, etcétera, medios que agilizarían mucho los trámites burocráticos, pero, por el contrario, sí que lo tenga para dotar a la policía y al Ministerio del Interior con los juguetes más sofisticados. ¿No será que teme que un juez nunca firmaría órdenes de registro de domicilios particulares (recuerde el peinado del barrio del Pilar) sin indicios suficientes?

3. Es urgente una reglamentación al más alto nivel de la confección de bancos de datos con datos personales. En Alemania recientemente el Tribunal Supremo puso un moratorio a la confección del censo, porque el cuestionario contenía preguntas excesivamente personales. Los excesos de la policía durante la caza a la banda Baider-Meinhoff han servido para algo. En Francia, el comité de vigilancia sobre el tema impuso limitaciones en la confección y el uso de la base de datos antiterroristas ( ... ). /