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Resultados electorales positivos

Podría sintetizare así el balance de las elecciones: una jornada pacífica, participación aceptable, bipartidismo consolidado y desproporción de los votos al comunismo en relación con lo que muchos esperaban. El otro extremismo ni siquiera se asomó a los comicios. Cada uno de esos elementos del balance nos parece positivo, pero el conjunto, más.Alguien puede objetar que estamos juzgando políticamente unas elecciones administrativas. Precisemos: que debían ser administrativas, puesto que su finalidad propia era la elección de los gestores de los intereses locales; para la confrontación de las grandes corrientes doctrinales están las elecciones generales. Eso, que debía suceder en todos los casos, es lo que ha pasado con el triunfo de candidatos independientes o que han sido votados por consideraciones no partidistas ni ideológicas; pero reconózcase que eso ha sido la excepción. El presidente del Gobierno ha rechazado cualquier intento de capitalizar políticamente el triunfo en favor del partido socialista. Es un gesto elegante de don Felipe González, pero la verdad es que estas elecciones han sido lo que en nuestro editorial de ayer les llamábamos: la segunda vuelta de las del 28 de octubre.

Poco tiempo, decíamos, para cambios espectaculares. Dos años han necesitado los franceses para desengañarse del socialismo. A los seis meses de nuestras anteriores elecciones no se podía esperar una reacción semejante. Tampoco ese período habría dado margen a ningún Gobierno para que con una actuación brillantísima se llevase tras él a todo el país. Nadie dudaba por eso de que el PSOE se mantendría, poco más o menos, en su posición anterior; eso es lo que ha ocurrido, aunque con una no grande pero significativa pérdida de votos. Lo que realmente se ventilaba era si la coalición populista iba a aguantar o si su fulminante ascensión del 28 de octubre de 1982 fue sólo el resultado momentáneo del vacío producido por el hundimiento de UCD. Con una votación levemente superior a la de aquella fecha y muy por encima de la que le daban los sondeos electorales, el grupo populista se ha afirmado como la única oposición existente, aunque ya hay quienes, impertérritos, vuelven a hablar del hueco del centro y del techo de Fraga. (...)

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, 9 de mayo

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