Las municipales consolidan el bipartidismo y reducen considerablemente el voto a las opciones minoritarias
Las elecciones municipales y autonómicas del pasado domingo consolidan el bipartidismo en España, con una sensible reducción del voto a las minorías. No obstante, la mayor parte de las opciones políticas pierden votos en relación con las legislativas del 28 de octubre. Los socialistas tienen 2,5 millones de votos menos que en el 28-O, mientras la coalición conservadora AP-PDP-UL se encuentra con un déficit de 800.000 sufragios y Herri Batasuna pierde la cuarta parte de su voto. Las únicas excepciones a esta tendencia son el Partido Comunista de España, que gana casi 600.000 votos, y el Partido Nacionalista Vasco, que obtiene unos pocos sufragios adicionales -5.000 más- que en las generales.
Esta comparación sólo puede valorarse en términos relativos, puesto que el elector no responde de la misma forma en los diferentes tipos de elecciones. En las locales, por ejemplo, la imagen personal de los candidatos ha sido un dato decisivo para el resultado de muchos municipios. Destaca especialmente en este sentido el caso de Córdoba, en donde la arrolladora victoria comunista puede atribuirse, en medida considerable, a un triunfo personal de su alcalde, Julio Anguita. Pero estos matices no restan interés a la comparación del respaldo popular a las diferentes opciones políticas. Desde el punto de vista estrictamente municipal, el PSOE consolida e incrementa su poder y el PCE pierde una parte del que tuvo durante los últimos cuatro años, mientras Unión de Centro Democrático -vencedora en número total de concejales en el 79- desaparece de la escena local (aunque algunos de sus restos reaparezcan con la calificación de independientes) y la coalición AP-PDP-UL crea, prácticamente desde la nada, una opción municipal propia.La concentración del voto en las, dos principales opciones, propia del sistema bipartidista, se corrige parcialmente por la continuidad del fuerte voto nacionalista en Cataluña y Euskadi, y la recuperación del PCE como tercera fuerza. Cabe señalar la reducción del voto a las candidaturas independientes, que, si bien reúnen todavía algo más del 6% del voto total, han perdido más de cuatro puntos en relación con las municipales de 1979, único elemento posible de comparación en este caso. Por otra parte, algunas de esas independencias son hoy el refugio desde el que tratan de rehacerse los restos de UCIJI, como ocurre concretamente en Galicia con la opción dirigida por Eulogio Gómez Franqueira.
El incremento de la abstención es el motivo más probable de la pérdida de votos sufrida por la mayor parte de las opciones. Desde el pasado mes de octubre (fecha de las elecciones legislativas) la participación electoral ha caído en 15 puntos. Aún así, la asistencia a las urnas del pasado domingo fue superior a la registrada en las municipales de 1979.
Por lo que se refiere al funcionamiento de la Administración electoral, el ministro del Interior, José Barrionuevo, expresó ayer su satisfacción por la rapidez y fiabilidad con que se ha facilitado "una impresión" de los comicios municipales y autonómicos, merced a sendos muestreos. Es absolutamente cierto que funcionaron mejor los sondeos que la publicación de los escrutinios sobre voto real, cuyo seguimiento se convirtió ayer (24 horas después de las elecciones) en un pequeño calvario. Fruto del mismo son las páginas de resultados municipales y autonómicos que ofrecemos a continuación, obtenidos por los corresponsales de EL PAÍS y un equipo de las redacciones de Madrid y Barcelona en diversas fuentes (delegaciones del Gobierno en diferentes comunidades, gobiernos civiles e incluso ayuntamientos), a falta de datos más completos por parte del Ministerio del Interior, que sólo di fundió resultados pormenorizados de las principales ciudades. Aún así, el lector apreciará en ellos casillas en blanco (correspondiente a datos de los que ayer no se disponía en ninguna de las fuentes consultadas) y quizá algún error.
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