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Los 'siete grandes' amortizaron 30.000 millones de fallidos en 1982

Los siete grandes bancos dedicaron durante el ejercicio pasado cerca de 30.000 millones de pesetas a amortizar créditos morosos y fallidos, al tiempo que la cifra para provisiones para estas mismas calificaciones se situó en más de 60.000 millones de pesetas. Las cifras de operaciones matadas, como se las denomina, son conocidas este año por primera vez y reflejan, en gran medida, la realidad en la que se encuentra la economía real y el propio sistema financiero.Los 29.759 millones de pesetas que el conjunto de los grandes bancos españoles dedicó durante 1982 a amortizar operaciones fallidas que entraban dentro de las previsiones contenidas en la circular del Banco de España, la super pastoral, representan, según los datos globales de que dispone el Banco de España, el 48,6%, de las cantidades dedicadas por estas mismas instituciones a dotaciones para morosos y fallidos. La distribución- individual para cada unode los bancos es distinta, pues algunas instituciones amortizaron operaciones por un valor equivalente al 70% de las dotaciones que se hicieron durante el ejercicio, mientras que otras redujeron esta proporción hasta situarla en niveles más modestos.

En conjunto, el grupo de los siete grandes tenía, a 31 de diciembre de 1982, unos morosos y fallidos por valor de 191.000 millones de pesetas y habían hecho dotaciones por valor de 127.000 millones de pesetas, lo que representa el 6,6% del total. La banca privada en total se encontraba con medio billón de pesetas de morosos y su cobertura se limitaba al 44%.

Posibilidad de escape

En medios financieros se señala, no obstante, que las cifras globales de provisiones para fallidos, e incluso las correspondientes a morosos y fallidos en sentido estricto, pueden ser objeto de manipulación para que presenten un perfil más favorable de lo que realmente es. Se trataría de presentar como morosos y fallidos que no tienen que ser matados en el ejercicio operaciones que cumplen sobradamente este requisito. De esta forma, aunque se aumenta la cifra global de morosos, también se aumenta -y con mayor importancia relativa- la de las dotaciones hechas para cubrir estos posibles fallidos.La normativa del Banco de España contenida en la superpastoral deja un cierto hueco a la indefinición, ya que, si bien señala claramente qué hacer con las operaciones de sociedades quebradas, se diluye en otras cuando señala que deben ser considerados como fallidos los correspondientes a aquellas empresas "que sufran un deterioro notable de su solvencia". Por otro lado, se señala que, con anterioridad a la circular del Banco de España, se pudieron, considerar como morosos y fallidos casos que realmente lo son.En la actualidad, y con la super pastoral en vigor, lo lógico es que las instituciones financieras hayan incorporado como morosos a todas las operaciones que lo son. Pero -se afirma, en círculos financieros privados- ello no quiere decir que se les haya dado la antigüedad que realmente tienen, y que, de ser superiores a los tres años, estarían obligados a definirse claramente como fallidos y, por tanto, deberían ser amortizados.

Por ello parece más importante que la cantidad total de morosos que declara tener la banca, o la que se destina como provisiones anualmente para hacer frente a las posibles obligaciones derivadas de que las primeras cantidades se conviertan definitivamente en fallidos, el estudio de las que realmente se destinan a amortizar los agujeros que van teniendo. La banca, ahora,y en los próximos ejercicios, verá cómo se elevan estas cantidades que en la actualidad se encuentran embalsadas en cuentas como la general de morosos y la destinada a provisiones.

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