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Reportaje:

La cara oeste del Naranjo de Bulnes un obstáculo que en época invernal ya se ha cobrado cinco muertes

Antonio Guerrero

El Naranjo de Bulnes o Picu Urriellu, o Naranco, como también se le llama, ha vuelto a saltar, una vez más, a la actualidad a causa de la escalada que están realizando dos montañeros murcianos, José Luis García Gallego y Miguel Ángel Díez Vives, para abrir la vía más dificil de la cara oeste, que ellos han bautizado como Sueños de Invierno, llevando más de dos meses colgados de la pared. Sin embargo, este pico -de roca caliza y, sin duda, el más conocido de España- tiene una larga historia que refleja todos los intentos realizados para conseguir pisar su cumbre y que se traduce en las 28 vías abiertas en sus cuatro paredes.

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La nueva vía

El Naranjo está situado en la vega del Urriello, en el macizo central de los Picos de Europa, en la cordillera Cantábrica. Tiene una altura de 2.519 metros sobre el nivel del mar, aunque la pared, por su cara oeste, no llega a los 600 metros. Precisamente, al pie de esta cara se encuentra el refugio Julián Delgado úbeda, base de la cordada de apoyo de los murcianos.Hasta comienzos del siglo XX, el Naranjo de Bulnes era considerado entre los aficionados a la montaña poco menos que inaccesible. Su historia montañera arranca a principios de siglo, el 5 de agosto de 1904, cuando Pedro Pidal, marqués de Villaviciosa, sube por primera vez a esta montaña por la cara noroeste acompañado por Gregorio Pérez, apodado el Cainejo por ser natural del pueblo de Caín y que escalaba descalzo.Dos años después, el doctor Gustavo Schulze, el día 1 de octubre, subió en solitario por la gran cornisa. Fue el primero que utilizó clavijas en España, al montar los rappeles para bajar por la cara sur.

Después de esta escalada, el Picu se vio visitado a intervalos. En 1916, Víctor Martínez Campillo subió, también en solitario, el día 31 de agosto. Volvería de nuevo el 22 de septiembre de 1923 para colocar una bandera en la cima.

A partir de entonces, las escaladas a esta montaña fueron algo más habituales. El 19 de agosto de 1924, Víctor subió de nuevo, pero esta vez abriendo una nueva vía en la cara sur, la Víctor. Le acompañaba Vicente Carrión Roca. Casi dos años después, el 18 de agosto de 1926, Víctor, acompañado de Marino Quer, colocó en la cima del Naranjo un buzón y un libro de registro.Algunos meses después, el 19 de octubre, Alfonso Martínez Pérez, hijo de Víctor, sube en solitario por la Víctor. Tiene 16 años y es la primera vez que escala. Al año siguiente, el 1 de agosto, volvió a subir, pero esta vez en cordada con su padre. Allí se enteró éste de que su hijo ya había subido antes, lo cual le disgustó y le valió a Alfonso una buena zurra. A partir de entonces, Alfonso seguiría escalando, siendo el hombre que más veces ha subido el Naranjo.

Esta familia era montañera por naturaleza. De hecho, Manuel Martínez, primo de Víctor, subió en solitario a la cumbre el día 8 de agosto de 1928, abriendo la vía llamada Paso Horizontal. Lo que no sabía el bueno de Manuel es que tendría que subirlo dos veces más en las horas siguientes, pues no le creyeron, y volvió a subir con Manuel Mier para bajar el buzón y el libro, dejando así constancia de su conquista. Al día siguiente regresó a la cumbre para colocarlos de nuevo.La primera víctima del Naranjo fue Luis Martínez, el cual se despeñó por la vía Víctor, el 1 de septiembre de 1928, cuando intentaba subir en solitario. José Pepín González Folliot y Miguel López ascendieron el 22 de junio de 1933, y utilizaron para descender las clavijas puestas por Schulze.En el año 1935 subieron dos mujeres al Naranjo por vez primera. Ambas eran nietas de Gregorio Pérez, el Cainejo. María Pérez lo hizo, el 31 de julio, con Alfonso Martínez, y Teófila Gao Pérez, seis días después. En 1944 un grupo formado por los hermanos Alfonso y Juan Tomás Martínez (hijos de Víctor), Julio Casal, Alfredo Pulido, Simón Isasi, Pedro Landache, Luis Bueno y Tomás Sanjust abre una nueva vía, que se denominó Directa de los Hermanos Martínez.

En el año 1953 es abierta, en la cara noreste, la vía Carlos Rey por Alfonso Martínez, Carlos Rey y Francisco Pérez. En 1955 realizan un nuevo itinerario, por el espolón noroeste, los hermanos José María y Andrés Regil. Ese mismo año se realizó la vía Cepeda por Pedro Udaorido, Jesús Aldecoa y Jaime Cepeda. En 1956 realiza la primera escalada invernal al Naranjo, por el espolón noroeste, la cordada farmada por Ángel Landa y Pedro Udaorido, la cual sería repetida, siete días después, por José Luis Brochado y José María Regil. Esta escalada ya había sido intentada por Agustín Faus, Rafael PeIlús, Antonio Moreno y Máximo Serna en 1954. Bastantes años después, en 1964, Mari Carmen Suarez realizaría la primera invernal femenina al Naranjo, acompañada por Jaime Álvarez y Epifanio Gonzalo.

Un grupo formado por Teógenes Díaz, Adolfo Herráez y Florencio Fuentes abre, el 22 de julio de 1958, la vía Teo por la cara sur, utilizando el itinerario que siguió Schulze para bajar.

La cara oeste

De todas las caras del Naranjo, la oeste estuvo durante todos esos años considerada como prácticamente inaccesible. Sin embargo, el 21 de agosto de 1962, los montañeros aragoneses Emesto Navarro y Alberto Rabadá consiguen abrir una vía, utilizando por vez primera buriles y teniendo que dormir cuatro noches en la pared. No obstante, el itinerario actual fue marcado un año después por los montañeros vascos Villar, Rosén y Regil, cuando repitieron la vía de Rabadá y Navarro, montando sólo dos vivaques. Esta vía fue repetida, en 1966, por Ursicinio Abajo y Jesús Ibarzo.La primera gran tragedia del Naranjo de Bulnes se produciría en 1969, cuando los montañeros Francisco Berrio y Ramón Ortiz perecieron cuando intentaban realizar la escalada invernal de la cara oeste. Cuando esto sucedió, estaban finalizando el último largo y tuvieron una caída de casi 101 metros. El rescate resultó muy penoso y levantó bastante polémica, ya que cortaron las cuerdas de las que pendían los cadáveres y éstos cayeron otros 400 metros, hasta la base de la montaña. Ese mismo año, pero en verano, Renom, Dalmau y los hermanos Morales marcaron un nuevo itinerario en el espolón noroeste, al que denominaron Variante CAS.

De nuevo se intentó la invernal de la cara oeste, en 1970, por la cordada formada por Gervasio Lastra y, José Luis Arrabal. Una tormenta les tuvo paralizados en una cornisa durante ocho días, debiendo ser rescatados en una operación (le gran espectacularidad, en la cual se utilizó un helicóptero para sacar a Arrabal de la pared. A pesar de todos los esfuerzos, este montañero moriría en el hospital.

En 1971 consiguieron ascender en un solo día, por la cara oeste, los montañeros Rafael González , Durán y José Ángel Lucas. Este último realizó también la primera escalada en solitario a la misma pared en 1972, cuando tenía 20 años.

De nuevo, en 1973 hubo un intento, por parte de Ruiz y Mayral, de escalar la oeste en invierno. Sin embargo, no lo consiguieron y encontraron la muerte, cuando regresaban, en la zona de los Horcados Rojos, al ser arrollados por una avalancha.

Por fin, el jueves 8 de febrero de 1973 se consiguió realizar la primera escalada invernal a la cara oeste por dos cordadas. En una iban Miguel Ángel García Gallego, el Murciano, y José Ángel Lucas; en la otra, César Pérez de Tudela y Pedro Antonio Ortega, el Ardilla. También esta escalada mantuvo la atención de todo el país, pero esta vez el gremio montafiero se dividió en sus apreciaciones: unos consideraban esta escalada como un espectáculo y otros opinaban que era una gran hazaña.

Esta invernal sería repetida después varias veces, destacando la realizada en enero de 1974 por los escaladores Galante, Briceño y Damborenga. Ocho días después subieron los asturianos Zorzo y Constantino. Durante el verano de ese mismo año, 1974, Tomás Martínez y José Luis Somoano abrieron una nueva vía por la cara este, a la que bautizaron con sus apellidos, y nueve días después, Hernán Llanos y Alfredo Diez abrieron la Nany por la cara sur. En 1976, Esteban Vicente realizó la primera invernal en solitario de la cara oeste, que repetiría un año después.

Entre las verdaderas gestas realizadas en esta montaña hay que citar la que protagonizó un joven madrileño poliomielítico, apodado Tití, que consiguió ascender en 1974, por la cara oeste, llevando un aparato ortopédico en la pierna izquierda.

Durante los últimos años han sido varias las vías abiertas en el Naranjo de Bulnes. Entre todas destacan las realizadas por la denominada escuela murciana y, dentro de ésta, por los hermanos García Gallego. Concretamente, en 1974, Miguel Ángel García Gallego, el Murciano, Juan Carrillo, Carlos del Campo y Mariano Cantabella realizaron la primera ascensión de la vía Directisima en el mes de marzo. En 1978, José Luis García Gallego, con su hermano Juan Carlos, Alfonso Cerdán y Juan Carlos Ferrer abrieron la vía Murciana por la cara oeste, empleando 10 días de escalada.En julio de 1980, Miguel Ángel, acompañado por sus hermanos José Luis y Carlos, y Ángel Ortiz abrieron una nueva vía por la cara oeste, denominada Mediterráneo. Al año siguiente, en julio, los cuatro hermanos García Gallego, después de ocho días de escalada y siete noches en la pared, consiguieron abrir la vía llamada Revelación, también en la cara oeste. Dos de ellos, José Luis y Juan Carlos, abrieron la denominada Almirante, por la cara oeste, en el verano de 1982. Otros dos murcianos, Miguel Ángel Diez Vives y Félix Gómez de León, abrieron la vía Leiva en la misma cara, después de más de 10 horas de escalada.El verano de 1980 fue pródigo en nuevas vías en el Naranjo de Bulnes. En el mes de julio se abrieron la Pájaro Loco, por Richie y Gálvez, y la Cainejo, por Claudio Sánchez y Alfredo Díaz, ambas en la cara este. En agosto se abrieron la Nosferatu, en la cara noreste, por Miguel A. Mora, Javier Valentín y Bertín; Amistad con el Diablo, en la este, por Christian Marín y Alfredo Iñiguez; Capricho de Venus, en la este, por Christian Marín y Miguel A. Mora; el espolón sureste Why, por Gálvez y Saelices, y la Rebecos, en la sur, por Gálvez y Ponce.

Tres nuevas vías serían abiertas en 1981: la Sabadell, en la cara oeste, realizada por Joan Wenceslao y Manel Balet, y el Pilar del Cantábrico, en la oeste, y la Niebla Nocturna, en la sur, abiertas ambas por la cordada formada por Gálvez y Bohórquez. Por último, en 1982, Francisco Sampedro y Christian Marín abrieron por la cara norte la llamada Vuelo del dragón.

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