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Escalada al Naranjo de Bulnes

La cordada murciana, sin la profeccion de repuesto, a los 66 días de escalada

Antonio Guerrero

José Luis García Gallego y Miguel Ángel Diez Vives, los montañeros murcianos que están abriendo una nueva vía en la cara oeste del Naranjo de Bulnes, perdieron el martes la protección de repuesto de la hamaca, junto a otros enseres, a causa de un fuerte golpe de viento que azotó la plataforma de Rocasolano, lugar al que llegaron el pasado dia 30 de abril. En la actualidad llevan 66 dias. en la pared y les faltan unos 140 metros para la cumbre, a la que llegarán en pocos días si el tiempo mejora y se calman los fuertes vientos.El martes, a pesar del fuerte viento, salieron de la hamaca a recuperar el material de escalada que había quedado por debajo de ellos. Cuando se dedicaban a ello tuvieron un sobresalto al ver que la funda de goretex salía volando, acompañada por pantalones, patucos y otras prendas de abrigo, "todavía deben ir camino de Bulnes", dicen ellos. Alarmados, subieron rápidamente hacia Rocasolano y, una vez allí, pudieron verificar que se trataba de la protección de repuesto y que la hamaca estaba en perfecto estado.

En la pequeña cornisa de Rocasolano los montañeros pueden dar algunos pasos, aunque sujetándose a las cuerdas ya que está cubierta de hielo y algo en pendiente. "Es increíble la sensación de poder estar de pie después de tantos días dentro de la hamaca", comentaba José Luis. Allí llevan cinco dias a la espera de que el tiempo mejores y puedan continuar su ascensión hacia la cumbre, a la que esperan llegar, si todo va bien, el próximo fin de semana, aunque no desestiman, ante el estado de la pared y las condiciones meteorológicas, que la escalada se alargue hasta la semana siguiente.

Ayer, aunque el viento seguía siendo muy fuerte, pensaban salir a escalar por la tarde, en cuanto la temperatura subiera un poco. Sobre ellos, hay un extraplomo de unos 50 metros y de roca descompuesta, a partir del Cual tienen la esperanza de realizar escalada libre, aunque esta será extrema hasta el final.

El estado físico de los escaladores es bueno, aunque están algo cansados porque apenas pueden dormir y por las malas condiciones meteorológicas, bajo las que están escalando. Además, desde hace varios días está racionandose la comida, por lo que, aunque mal alimentados, ésta les durará unos nueve días. De momento se han quedado sin pan. También se les están terminando las baterías del radioteléfono.

Sobre el tema del descenso, una vez logren pisar la cumbre, han dicho que lo realizarán por la cara sur y que la cordada de apoyo no les ha colocado ninguna cuerda fija, por lo que tendrán que montar ellos mismos los rappels para bajar. Después de más de dos meses para subir, tardarán algo más de dos horas para bajar.

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