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Tranquilidad en Varsovia en vísperas de las manifestaciones del Primero de Mayo

Cuando faltan 48 horas para el Primero de Mayo, en la capital polaca reina una apariencia de total tranquilidad: apenas se ven policías y sólo los carteles rojos con las consignas del régimen, más los preparativos para la manifestación oficial, advierten la proximidad de la fiesta del trabajo. La tarde del, jueves volvió a emitir Radio Solidaridad. Fue sólo un minuto, hasta que la emisión quedó tapada por la música de otra emisora más potente en frecuencia modulada. A pesar de las detenciones y el descubrimiento de varias emisoras, la radio clandestina volvió a difundir un breve mensaje.

(En los ambientes vaticanos, informa la agencia Efe, se observa cierto nerviosismo por lo que pueda ocurrir mañana en Polonia, pero prosiguen los preparativos para el viaje del Papa a su país, del 16 al 22 de junio próximo. La Santa Sede confirmó ayer implícitamente que Juan Pablo II ha escrito una carta al jefe del Estado polaco, en respuesta a la de invitación redactada por Henryk Jablonski en marzo pasado.)Por la calle había octavillas que anunciaban: "Radio Solidaridad. Jueves, 19.30. FM". La emisión empezó con un "Buenos días, aquí Radio Solidaridad. Damos la palabra al presidente del comité de la región de Varsovia, Zbigniew Bujak". Después se escuchó la voz del joven obrero de la fábrica de tractores Ursus, que vive en la clandestinidad desde el 13 de diciembre de 1981 y es uno de los cinco que forman la Comisión Coordinadora Provisional (TKK).

Bujak dijo que "de nuevo vamos a celebrar el Primero de Mayo. A estas alturas, el sistema totalitario tenía la esperanza de haber pacificado la sociedad, pero no tuvo éxito". Luego, el líder clandestino dijo que "ya no tenemos miedo a las fuerzas del Zomo (policía estatal)", y se felicitó por el boicoteo a los medios de propaganda oficiales y a la televisión.

Por este motivo, Bujak dio las gracias a los artistas polacos. En este momento se interfirió la emisión.

Si no fuese por la machacona insistencia de la televisión y la Prensa oficial en advertir día tras día contra la manifestación convocada para el Primero de Mayo por la organización clandestina de Solidaridad, nada hace pensar en Varsovia que se vaya a turbar la paz en las próximas horas.

La televisión oficial recuerda que, paradójicamente, Solidaridad no participó en el Primero de Mayo porque no lo consideraba como día de fiesta, y ahora se presentan como amigos de los obreros. La Prensa oficial habla de intentos desestabiliz adores al comentar la tentativa de organizar una manifestación por parte del sindicato independiente, hoy reducido a la clandestinidad.

Los argumentos de la Prensa oficial se dirigen al deseo de orden y tranquilidad de los ciudadanos. El diario de las fuerzas armadas, Zolnierz Wolnosci (El Soldado de la Libertad), sacaba a relucir lo más florido de la retórica oficial: "Hoy, los enemigos interiores del socialismo y sus jefes occidentales -o, mejor dicho, los que les dan los dólares- quieren hacer todo lo posible para perturbar la celebración de la fiesta de todos los trabajadores. Quieren destruir la unidad de las filas de la clase obrera y debilitar las fuentes de nuestra fuerza: la unidad obrera, la solidaridad internacional de la clase trabajadora".

El régimen prepara en todas las grandes ciudades de Polonia manifestaciones oficiales con motivo del Primero de Mayo. En la plaza de la Victoria, de Varsovia, en el mismo lugar donde el Papa celebró la misa a la llegada de su primera visita a Polonia y donde estuvo el catafalco con los restos del cardenal Wiszinski, unos obreros levantaban ayer podios con carteles que decían: "40 años de Ejército popular polaco al servicio de paz y de la patria". En el edificio de la ópera había una gigantesca pancarta que decía: "Viva la amistad y cooperación fraternal con la Unión Soviética".

La ciudad vieja

El recorrido de la manifestación oficial pasa a pocos metros de dis tancia de la ciudad vieja, donde está convocada la manifestación ilegal de Solidaridad. La interrogante ayer en Varsovia era cuál será la reacción de las autoridades si se forma una manifestación ilegal. Hace un año fue tolerada y, después de recorrer la ciudad vieja, se disolvió pacíficamente junto al río Vístula. Este año, las repetidas advertencias en los medios de comunicación oficiales parecen indicar que el régimen no está dispuesto a que se repita la manifestación del año pasado.

Un joven simpatizante de Solidaridad comentó a este periódico que "no parece que quieran damos palos. Si quisiesen aporrearnos, no habrían hecho tantas advertencias en los periódicos". Con aire de superioridad, un militante del partido comentaba ayer en Varsovia: "¿Qué importa que reúnan a unos 5.000 y que den unos gritos por la calle? Nosotros vamos a tener más de 100.000 en nuestra ma nifestáción".

De las fábricas del cinturón industrial de Varsovia llegan versiones contradictorias sobre el ambiente, según la simpatía política del informante. El tono general de la capital polaca es de tranquilidad y un cierto hastío.

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