El nuevo local de la Asociación de la Prensa de Madrid forma parte del patrimonio sindical

El nuevo local de la Asociación de la Prensa de Madrid pertenece al patrimonio sindical y fue cedido a esta asociación profesional en usufructo por el Ministerio de Trabajo ,en 1981. El documento de cesión fue firmado por Manuel Núñez, entonces subsecretario de Trabajo, y Luis María Ansón, presidente de la Asociación de la Prensa. Precisamente en estos días el Mínísterio de Trabajo se encuentra ultimando un proyecto de devolución del patrimonio sindical, en el que se defiende que los destinatarios del citado patrimonio deben ser las organizaciones sindicales y empresariales más representativas.Fuentes del Ministerio de Trabajo señalaron que la cesión a la Asociación de la Prensa de Madrid, que no conlleva derecho alguno de propiedad, tiene carácter anual, pudiendo ser prorrogada automáticamente. En el actual local ocupado por la Asociación de la Prensa de Madrid se encontraba el antiguo Sindicato Nacional de la Marina Mercante de la finiquitada organización sindical. Al margen de los locales del antiguo sindicato vertical cedidos a las organizaciones sindicales y patronales, es la primera y única transferencia que se ha hecho a una asociación de tipo profesional, es decir que no tiene carácter sindical.

El contrato fue suscrito por el entonces subsecretario de Trabajo, Manuel Núñez, en nombre del Ministerio de Trabajo, encargado de administrar el patrimonio sindical, y el presidente de la Asociación de la Prensa, Luis María Ansón, el 22 de julio de 1981. La cesión es anual con prórroga automática a su vencimiento, aunque recientemente se suscribió nueva prórroga por escrito. El presidente de la citada asociación comunicó en circular remitida a los socios los términos del contrato.

Aunque nada impide que el Estado ceda este patrimonio a las entidades y particulares que estime conveniente, hasta ahora jamás había cedido locales a organizaciones que no tuvieran carácter eminentemente sindical o patronal. De hecho, la ocupación por parte de organismos de la Administracíón de instalaciones procedentes de los antiguos sindicatos ha provocado una agria respuesta de las centrales de clase que han defendido que éstas han de pasar a beneficio de los trabajadores representados en sus correspondientes sindicatos.

La cesión a una asociación de carácter estrictamente profesional puede suponer un precedente para que otras de igual carácter reivindiquen su participación en el reparto del resto del patrimonio. La carencia de locales y la difícil situación económica de los sindicatos les ha llevado en ocasiones a la ocupación por la fuerza de instalaciones, como las protagonizadas recientemente por Comisiones Obreras y la CNT.