'La carta', perversa Bette Davis

El suspense que William Wyler supo imprimir a esta segunda versión cinematográfica de La carta (1940), de Somerset Maugham, se basó en buena parte en la excepcional interpretación de Bette Davis, que apoyaba así su imagen de mujer terrible, cruel en el amor, despiadada con los suyos, que culminaría, poco después, con otra película del mismo director, La loba.La fuerza de Bette Davis para circular por entre los personajes de la historia, mintiendo, intrigando y dejándose llevar por la sinceridad, forma el espectáculo principal de la película, aun cuando James Stephenson y Herbert Marshall respondan con eficacia desde sus papeles secundarios. Marshall había trabajado en la primera versión de La carta, en 1929, interpretando el papel de amante; aquí encarna al amable marido engañado.

"Una de las mejores películas del año", escribió el Hollywood Reporter; "un melodrama superior, compuesto por una interpretación excelente, una atmósfera insinuante y un suspense continuo", dijo New York Times.

Una última versión de La carta se realizó en 1947, bajo la dirección de Vincent Sherman y protagonizada por Ann Sheridan; había pasado poco tiempo para reformar el desenlace. Menos aún para superar el talento melodramático de Bette Davis.