Susto con viento
La grandes rondas por etapas tienen cierto parecido con las películas de suspense. Sólo se diferencian claramente, la mayoría de las veces, en los principios y en los finales. Ni hay crimen súbito, ni se sabe todo en la última escena. Pero también hay bastantes sustos intermedios e, incluso, iniciales.El viento, en las primeras jornadas llanas de la Vuelta, teóricamente de rodaje, suele ser un enemigo tan peligroso como después la montafla o las contra reloj. En estas últimas se deciden y se decidirán siempre las pruebas, pero también hay avisos anteriores significativos. Ayer, por ejemplo. Que se lo digan a Saronni. Quien no esté atento a los abanicos propiciados por el viento puede perder segundos preciosos, al quedar cortado en un segundo pelotón.
Juan Fernández, en cambio, uno de los candidatos al triunfo en etapas con los metros finales en cuesta, estuvo atento y no desaprovechó su oportunidad. Hinault, que apenas se levantó del sillín, no se molestó en ganar. Bastante éxito fue perder de vista, aún más, a Saronni -no a Kuiper- para lo que trabajó magníficamente todo su equipo.
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