Duro ataque de Felipe González a la derecha en el comienzo de la precampaña electoral para las municipales

El presidente del Gobierno, Felipe González, en una de sus primeras intervenciones como secretario general del PSOE desde que entró en la Moncloa, atacó ayer duramente a la derecha, pronosticando que no podrá reorganizarse como fuerza política homogénea hasta después de las elecciones de 1986. González pronunció un significativo discurso ante 1.200 cargos públicos socialistas, en un acto en Zaragoza conmemorando el cuarto aniversario de la constitución de los ayuntamientos democráticos, que podría considerarse como la apertura de hecho de una campaña electoral que no se iniciará oficialmente hasta el día 16.

Felipe González insistió varias veces en que "España no puede perder una vez más el tren del cambio; tenemos que colocar a nuestro país entre los de primera fila". Para lograrlo, dijo, es necesario considerar el ambiente de paz social como valor supremo de la sociedad española. También habrá que "sacrificar parte de lo que ahora existe para acceder a nuevas tecnologías", frase esta que fue considerada una referencia inequívoca a una inminente reconversión industrial.En medio de un ambiente de euforia ante los previsibles resultados electorales del PSOE, González afirmó que "varnos a estar siempre mucho más tiempo en el poder municipal que en el poder central. En estos momentos decisivos de la historia española es muy grande la responsabilidad de los socialistas que tienen una representación mayoritaria en las instituciones sociales. En esta década se decide, entre otras cosas, la estructura definitiva de la unidad de España".

"Dejemos el neoliberalismo para la derecha"

"Especialmente es grande nuestra responsabilidad porque la derecha sigue sin tener siquiera una definición: ha desaparecido UCD para volver a crearse, ahora, sea cual sea el nombre que quieran darle. España sigue sin una derecha democrática articulada, sólida y seria, capaz de ofrecer una alternativa. Quienes dicen que tenemos tres millones de votos prestados que no corresponden al. socialismo, aciertan: están depositados, con confianza, en el PSOE porque no hay otra alternativa".Este tipo de ataques a la "derecha catastrofista" fueron constantes: "Intentar hacer fracasar a la economía española en los próximos cuatro años es delito de lesa patria, porue no podremos resistir cuatro añps más de desgaste". Luego, el presidente del Gobierno opinó, ante el entusiasmo de su público, que "ellos están nerviosos porque saben que ni siquiera están de acuerdo entre sí".

También atacó el "neoliberalismo recién descubierto por la derecha", que nos retrotrae al siglo XIX y que significa la competitividad salvaje, donde gana el más fuerte". "Dejemos eso para la derecha. Nosotros decimos que sólo con sacrificio, diálogo y paz podremos salir de la crisis. No estamos ni por la estatalización ni por el neoliberalismo".

El presidente, que llegó ayer por la mañana a Zaragoza, donde participó en el acto socialista, no se refirió al orden público entre los problemas prioritarios a los que debe hacer frente su Gobierno. Sí insistió, en cambio, varias veces en la necesidad de que los españoles se sacrifiquen: "Nuestra sociedad tiene que cambiar culturalmente. Tenemos que acabar con el hábito de esperarlo todo de papá-Estado, de confiar siempre en un presupuesto público ya bastante menguado. Cada uno debe aguantar su propia vela y no esperar que sea el presupuesto quien lo resuelva todo". No olvidó criticar a "los que se agrupan corporativamente para presionar al Gobierno en busca de soluciones a sus problemas; esos están perjudicando a quienes no tienen capacidad corporativa".

Después de despacharse con la derecha, González criticó, algo más de pasada, a la izquierda que "nos da lecciones; que se ocupen de ordenar su casa antes de dar consejos al PSOE". También hizo alguna referencia, sin citarle expresamente, al dirigente de Convergencia catalana, Miquel Roca, quien recientemente le llamó "franquista".

Antes de participar en el acto conmemorativo de la constitución de los ayuntamientos socialistas, celebrado en un cine zaragozano, el presidente inauguró la Feria Internacional de Maquinaria Agrícola (FIMA), la segunda en importancia de Europa, donde pronunció unas palabras alentando a confiar en el futuro: "Sólo así superaremos las nubes de la crisis". El presidente, que llegó en helicóptero a Zaragoza, fue recibido por el capitán general de la V Región Militar, teniente general Caruana, con quien mantuvo una breve conversación en el aeropuerto. El presidente apenas permaneció tres horas en Zaragoza, antes de salir, en un. avión alquilado por el PSOE, hacia Faro (Algarve, Portugal), para asistir a la clausura de la cumbre de la Internacional Socialista.

Los ataques a la oposición no partieron exclusivamente de González: el responsable de política municipal, Luis Fajardo, en una larga intervención previa, recalcó que "la derecha, con sus propuestas, trata de disfrazar su urbanismo de rapiña, mientras proyecta una política real de insolidaridad"; "están nerviosos y van a responder con demagogia localista, solicitando y prometiendo imposibles en los ayuntamientos", fueron algunas de las frases de Fajardo.