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La cadena privada de televisión británica ha prescindido de su director ejecutivo, Peter Jay

Soledad Gallego-Díaz

Ha amainado la tormenta en el mundo de la televisión británica. Peter Jay, director ejecutivo de Good morning, Britain, el programa supermatinal de la cadena comercial ITV, ha sido obligado a dimitir. Su programa, que tiene sólo nueve semanas de vida, pierde audiencia ante su más directo competidor, el Breakfast time, de la cadena estatal, la BBC 1. Detrás de la batalla formal hay una lucha personal entre dos hombres igualmente ricos, famosos y encantadores: el propio Jay y el nuevo director ejecutivo, Jonathan Altken, que sucedió a aquel recientemente y cuyo ingreso en plantilla ha coincidido con una ligera subida en la atención que se presta a la emisora: ahora ven el programa matinal medio millón de británicos.

'Los cinco de la fama'

Peter Jay tiene 46 años y ha sido, antes de los cuarenta, casi todo lo que se puede ser en la vida si eres británico y de buena familia: diplomado con todos los honores académicos en filosofía, ciencias políticas y economía; presidente de la Unión de Estudiantes de la Universidad de Oxford; alto funcionario del Ministerio del Tesoro cuando sólo tenía veintisiete años; responsable de la información ecónomica del Times; famoso entrevistador en la televisión, donde dirigió durante cinco años el programa Weekend World; embajador del Reino Unido en Washington. Está casado, aunque viven separados, con una hija del antiguo primer ministro laborista James Callagham, y es uno de los hombres de más éxito en la buena sociedad inglesa.Hace dos años y pico se puso al frente de un proyecto ambicioso: crear en la cadena comercial de TV un programa supermatinal, de seis a nueve de la mañana, parecido al que ya era un éxito en Estados Unidos. El proyecto partía de una buena base: un presupuesto de 21.700 dólares (868.000 pesetas) /hora y los cinco de la fama, es decir, los cinco presentadores más populares de la televisión británica: David Frost (que está casado con la hija del duque de Norfolk, el decano de los aristócratas católicos ingleses, y que ha aparecido continuamente en la Prensa del corazón por sus romances con la actriz sueca Bibi Anderson y su boda anterior con la viuda de Peter Sellers), Angela Rippon y Selina Scott (las más famosas presentadoras de informativos de Gran Bretaña), Robert Kee (un serio periodista e historiador) y Michael Parkinson.

Desgraciadamente para Jay, la BBC actuó con enorme rapidez y fue capaz de lanzar su propío programa supermatinal, Breakfast time, dos semanas antes de que se iniciara el de la ITV. El presupuesto de la BBC es muy inferior, pero ha conseguido una audiencia estimada en 1,7 millones de espectadores, mientras que la cadena comercial, que tuvo problemas con los anunciantes durante las primeras semanas, no llega, dicen algunos, al millón. Peor aún, los ingresos por publicidad no superan los diez millones de libras esterlinas, es decir, no cubren ni la mitad de lo previsto.

A favor de la marihuana

La operación de expulsar a Peter Jay se inició tres semanas antes de su definitiva defenestración, y detrás de ella estuvo desde el primer momento Jonathan Aitken, diputado conservador de cuarenta años, ex presidente, corno Jay, de la Unión de Oxford. Aitken tiene una personalidad arrolladora y un gran sentido del humor. Pese a que pertenece al mismo partido que Margaret Thatcher, no ahorra las críticas, y se le atribuye una frase de éxito: "Thatcher cree que Sinaí es el plural de sinus (seno)". La primera ministra no se enfadó y le ha perdonado, incluso, que en 1967 propusiera, dentro del Partido Conservador, la modificacion de la ley que prohíbe la marihuana. Más problemas tuvo Aitken en 1970, cuando tuvo que retirarse de las elecciones acusado de haber querido publicar documentos sobre Biafra que estaban cubiertos por la ley de Secretos Oficiales.La encantadora personalidad de Aitken no ha impedido que fuera calificado de traidor de algunos de los responsables del Good morning, Britain, ni que los malpensados recuerden que es sobrino de uno de los propietarios del banco que proporciona apoyo financiero al programa. "Peter Jay", declaró Angela Rippon, "es sólo una cabeza de turco. Es absurdo echarle porque el programa no haga beneficios. Si esto fuera un supermercado nadie esperaría ganar dinero en sólo seis semanas". Los cinco de la fama estuvieron a punto de presentar la dimisión conjuntamente, pero, tras muchas horas de tensión, decidieron quedarse y esperar.

Aitken tendrá que actuar rápido y modificar muchas cosas si quiere demostrar que tenía razón y que hay audiencia suficiente para dos programas a las seis de la mañana. Por otra parte, la autoridad británica que controla la televisión privada ha reiterado que el nombramiento del diputado ha de ser provisional, una especie de puente para que se consiga un sucesor de Jay menos incompatible.

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