Unas reuniones soporíferas
Esta breve semana bursátil se ha iniciado con unas reuniones soporíferas, en las que el único hecho destacable lo constituía la escasa presencia, tanto de público como de operadores, en las salas de contratación. Por su parte, los cambios experimentaron unas modificaciones muy breves y el negocio en los corros resultó francamente escaso.La mayor virtud que presentaron estas reuniones, al menos en opinión de algunos de los pocos especialistas que no habían marchado hacia sus respectivos lugares de asueto, ha sido que el mercado no ha tenido ninguna dificultad para asimilar las escasas órdenes vendedoras que le llegaban, y terminar cerrando las sesiones con un balance generalmente positivo.
Otro dato adicional es el de que las manipulaciones sobre los chicharrillos, estos valores de segunda fila claramente proctives a las maniobras especulativas, no tuvieron una relevancia suficientemente especial.
La tregua tácita de Semana Santa fue aparentemente respetada por tirios y troyanos, y la vigilancia a que los especialistas sometían a sus respectivos valores parecía sobrar.
Nadie apostaba por los sobresaltos y ninguno de los asistentes a las reuniones parecía estar interesado en desatar tensiones sobre valores concretos; si se tratase de la época estival, habría que pensar en que tenían prisa por ir a dormir la siesta,
El grupo bancario, como suele ocurrir en los momentos de calma chicha bursátil, centró las escasas expectativas de la reunión. Los saldos vendedores, con seguir predominando entre los siete grandes en el mercado madrileño, vieron reducido notablemente su volumen.
Banesto, con sus acciones de 250 pesetas nominales, era el que presentaba una diferencia negativa más abultada, concretamente de 34.053 títulos. Tras él, y a distancia, aparecía el Hispano, con algo menos de 15.000 acciones de resto vendedor, y el Santander, con poco más de 13.000.
Las repeticiones fueron moneda de curso común en el sector, a pesar de que ya comenzaron a intercalarse algunos avances, como eran los dos puntos de diferencia positiva que generaban el Banco Central y en el Banco Popular, este último el único con resto comprador.
La huelga bancaria apenas dejó sentir sus efectos en los patios bursátiles. Los empleados que estas entidades tienen destacados en las respectivas salas de contratación acudieron normalmente a su trabajo, y únicamente es lógico pensar que se hayan producido algunas retenciones de órdenes en las respectivas centrales de operaciones bancarias.
De esta suposición parte la hipótesis de que el próximo martes se puede generar una mayor acumulación de órdenes, cuyo signo no estaba excesivamente definido para los especialistas, quienes, en general, insisten en señalar que será de pequeña cuantía y, en el caso de que su signo resultante sea el vendedor, fácilmente asimilables por el mercado.
Para las reuniones de hoy no se esperan variaciones sustanciales sobre los comportamientos de la reunión anterior. La tranquilidad y la ausencia de expectativas concretas a corto plazo, junto con la escasa presencia de operadores en los diferentes parqués, son las integrantes de un cuadro que permite suponer la ausencia casi total de sobresaltos en la jornada de cierre de esta breve tanda vacacional.
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