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Santiago Carrillo niega la existencia de enfrentamiento con Gerardo Iglesias

El diputado comunista Santiago Carrillo desmintió ayer en Valencia los rumores sobre su pretensión de volver a ocupar la secretaría general del PCE y los enfrentamientos con Gerardo Iglesias, quien le sucedió en este puesto. "Personalmente no pienso enfrentarme con nadie, porque no aspiro a ser secretario general. Quiero salir al paso de esta especulación", dijo, "y además, pienso que puedo responder a la confianza de muchos militantes del partido siendo uno más, sin necesidad de volver a la secretaría general".El dirigente comunista, con un día de diferencia, realizó este fin de semana el mismo recorrido que Manuel Fraga por Castellón y Valencia, para hablar de la situación política general y de la actividad parlamentaria. Sobre las cuestiones internas del PCE, manifestó que corresponden a los que actualmente llevan su dirección. Sobre el Parlamento, que según Fraga carece de uso, Carrillo no coincidió con esta critica, ya que, en su opinión, es normal que los primeros seis meses de una legislatura la cámara funcione a ritmo lento, por la dedicación del Gobierno a elaborar proyectos de ley.

En cambio, el ex secretario general del PCE señaló que en política exterior el Gobierno de Felipe González está dando los primeros pasos en sentido diferente al que prometió en la campaña electoral. "Me preocupan tanto los viajes al exterior como las visitas que recibe el Gobierno desde el exterior. Está mostrando una marcada preferencia por Marruecos, que nos está haciendo miserias todos los días, incluso con cierta amenaza velada sobre España, y deja de lado el apoye a las reivindicaciones saharauis".

Sobre las elecciones municipales y los acuerdos con el PSOE, Carrillo consideró decisivos los próximos comicios para la recuperación interna y electoral del PCE y afirmó que la estrategia de movilizaciones sociales alentada por los comunistas las últimas semanas -la siderurgia de Sagunto es una de ellas- "no las llevamos adelante por voluntad de hacer fracasar al PSOE, sino para exigir que los problemas sean resueltos de acuerdo con los intereses de los trabajadores". Dijo desconocer la incidencia que este acoso a la gestión socialista podía tener en la negociáción de unos acuerdos municipales tras las elecciones del 8 de mayo, y añadió: "creo que mis camaradas lo tienen previsto ya".

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