Chicago en Francia

Hubo un frente crítico que auspició el trabajo de Jean Pierre Melville (1917-1973) por su evidente intención de imitar el cine negro norteamericano. Aunque su necesidad de utilizar lenguajes nuevos había estimulado a la nouvelle vague, años después se sintió inspirado por la posibilidad de trasladar a decorados franceses el mundo del gangsterismo. Su realidad era tan palpable como la que había reflejado Hollywood.Hace meses vimos en TVE El silencio de un hombre (Le samourai, 1967), que interpretaba Alain Delon. Es la película siguiente a Hasta el último aliento (1966), que hoy veremos. Al compararlas hoy, surgen comentarios diversos: basándose en la mayoría de los críticos admiradores de Melville, que éstas son sus mejores películas, consideran la primera antecedente automática de la siguiente o a ésta una simple imitación de la primera. "Tan alejada de la imitación servil de los modelos de cine negro USA como de esa estilización simplificadora de las siguientes películas de Melville", decía Cartelera Turia, mientras en Dirigido por... podía leerse que "todo nos parece irreal y nos suena a falso y convencional". El guión de Giovanni creó polémicas con el director, que se veía obligado a repetir su visión de la soledad de ese gangster que actúa a pesar suyo. Poco tiempo después el novelista dirigiría sus textos.

Hasta el último aliento se emite a las 21.35, por la primera.