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Mitterrand bloquea el ingreso de España en la CEE por motivos electorales, dice Pertini

Juan Arias

Ayer, el presidente de la República, Sandro Pertini, quiso tener un enésirno gesto de simpatía hacia España, invitando a comer en el palacio del Quirinale al nuevo presidente de la agencia Efe y a un grupo de corresponsales españoles en Roma: RTVE, Diario 16, Abc, La Vanguardia y EL PAIS. Una comida que duró cuatro horas y en la cual Pertini dio una vez más prueba de su carga de humanidad, de su profunda libertad de espíritu y de ese sentido del humor que hace romper todos los protocolos, obligando a los comensales a reír sin pudores. Entre otras cosas, Pertini acusó al presidente francés, François Mitterrand, de no aceptar el ingreso de España en la CEE por miedo a perder votos.Estaba contento porque la Universidad de Barcelona le ha otorgado el premio Prisma de Cristal. Entre recuerdos de infancia mezcló también agudos juicios políticos, sin morderse la lengua. Habló francamente sobre lo que pensaba acerca de ciertos líderes de la política mundial, a veces con ocurrencias como cuando contó que ante Margaret Thatcher se permitió "una coquetería", diciéndole: "Señora, todos dicen que es usted una mujer de hierro. Pues bien, yo le digo que lo que tiene usted de hierro es la voluntad, pero su alma es tierna". Y añadió: "Como a todas las mujeres les gustan los piropos, se quedó como tonta y lo va contando a todo el mundó".

Por el rey Juan Carlos, Pertini siente debilidad. Y repitió ayer que aunque él es un republicano, considera al joven rey español, entre los líderes de hoy, "diferente, capaz de actuar con sencillez y con humanidad". ¿No lo estará diciendo porque nosotros somos españoles?, le atajó un periodista, y Pertini casi se enfada: "Pregúntele a mi secretario general, Maccanico, si yo digo alguna vez algo que no siento". Y se lanzó a contar anécdotas del Rey y de la Reina.

¿Y de Felipe González?, le preguntó otro corresponsal. "Es un hombre que me gusta, es inteligente, no es demagogo y sabe también entrar en el corazón de la gente". Durante su conversación insiste en que él es socialista, que siempre ha soñado un mundo dominado por los grandes valores del socialismo, pero que al mismo tiempo aprecia también mucho los gestos de valor y de humanidad de quien no piensa como él: "No me importa pensar como un compañero de partido si éste es después un mezquino". Y entrando en el espinoso problema de la entrada de España en el Mercado Común, Pertini tuvo ayer unas frases muy severas contra el presidente Mitterrand: "Por fin lo ha confesado", dijo, "que el verdadero motivo por el que no quería que España entrara en la Comunidad era sólo el miedo de perder votos entre los viticultores del sur de Francia. Cuando yo se lo dije en la cara el año pasado, me lo negó y me alegó toda una serie de razones. Y yo le dije ya entonces: 'Que no, Mitterrand, que los que a ti te dan miedo son los vinariegos del sur"'. Y con una cierta coquetería, añadió: "Nosotros, con Grecia y con España hemos sido siempre más generosos".

Y como hablando consigo mismo, mientras encendía la pipa, dijo: "No se puede decir que se quiere construir una Europa unida, si después nos dejamos arrastrar por ciertas mezquindades"

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