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Los medallistas de Budapest, de 'teloneros' a figuras

De los tres atletas españoles que el domingo subieron al podio en los europeos de pista cubierta hubo uno, Angel Heras, cuya actuación tuvo un mérito especial. En una época en la que los aficionados no tienen cabida entre la elite del atletismo, él ha logrado introducirse sin engañar el espíritu de este deporte. Al contrario que otros atletas, el deporte es para Heras una actividad marginal de la que no obtiene ningún beneficio económico. Será ahora cuando pase a formar parte de la nómina federativa con una beca de 40.000 pesetas mensuales. Heras, por su condición de atleta modesto, logró, junto con Trabado y Abascal, hasta ahora segundos de Páez y González, pasar de teloneros a protagonistas.

Ángel Heras no ha podido hasta ahora dedicarse al atletismo con la misma intensidad que Colomán Trabado y José Manuel Abascal, que han logrado hacer del atletismo una profesión temporal. Heras, veinticuatro años, natural de Zamora, llegó pronto al atletismo y a los dieciséis años hacía los 100 metros en 10.7. Estuvo en los campeonatos europeos juniores y fue medalla de bronce con el relevo 4 x 100. A los dieciocho años quedó confirmado como un gran velocista al igualar el -récord nacional. Pasó a hacer también 200 metros y, por dispersar su atención del atletismo con otras actividades, sus marcas no siguieron la progresión esperada. Dejó la práctica del atletismo porque los resultados no le compensaban la ocupación de todo su tiempo libre y fue el año pasado, después de casarse, cuando, ya más centrado y con su sueldo de funcionario, volvió a las pistas.En el año de su vuelta no realizó grandes marcas, pero le valieron para seguir siendo uno de los imprescindibles en el equipo nacional ante la falta de valores en las pruebas de velocidad. Y fue en los 400 metros donde se descubrió la proyección internacional de este atleta. "Soy un velocista", dice Heras, "cuyas máximas posibilidades están en los 400, prueba en la que me convencí que puedo destacar pues mis marcas de 200 están próximas a las que realizan los grandes cuatrocentistas. Para ser bueno en 400 hay que bajar de 21 segundos en 200 y sé que puedo hacerlo. Por eso logré una excelente marca en Budapest. Yo sabía, por los entrenamientos, que puedo estar sobre los 45 segundos al aire libre y mis 46.57 de pista cubierta así lo confirman".

Colomán Trabado fue otro atleta que en Budapest logró una marca prestigiosa, 1.46.91, a menos de un segundo de la plusmarca mundial, en posesión de Coe. En la final de 800, el británico Elliot le lanzó la carrera, pero al final nadie inquietó a Trabado, por lo que las posibilidades de realizar una todavía mejor marca quedaron difuminadas. Trabado, veinticinco años, natural de Vega de Valcárcel (León), ha llegado a estas cotas porque su entrenador, Julio Bravo, puede exprimir al máximo la calidad natural de un atleta que se encuentra plenamente dedicado al atletismo gracias a las 80.000 pesetas mensuales de su beca federativa.

Trabado es estudiante de INEF "pero reconozco que por la beca que percibo me puedo permitir el acabar la carrera a largo plazo. Hago dos sesiones diarias que totalizan seis y siete horas. Se que del atletismo no podré vivir toda la vida, por eso estoy matriculado en el INEF". Sobre Coe piensa que tras su triunfo del domingo está ya más cerca de él "porque la diferencia que separan sus marcas y las mías ya son cada vez menores".

José Manuel Abascal aceptó la derrota ante Wessinghage como un contratiempo pasajero. Sabe que ya no es inferior a él. "Las tácticas condicionan mucho el resultado de un 1.500 y ésta vez pese a que lo habíamos planificado bien, él se benefició de una primera parte más lenta de lo previsto".

Abascal, veinticuatro años, natural de Alceda (Santander) es también un profesional del atletismo. De la Federación Española percibe 80.000 pesetas mensuales. Su cotización internacional se sitúa en los 1.500 dólares por actuación. A finales de febrero realizó una gira por Estados Unidos, mañana intentará batir la plusmarca mundial de 1.500 en Milán con Wessinghage -el portugués Cabral hará de liebre para pasar el 1.000 en 2.23- y el sábado correrá una milla en Río.

Tarnara Bykova, la nueva reina de la altura

Los campeonatos europeos de pista cubierta lanzaron una nueva estrella, la soviética Tamara Bykova, nacida en Asow hace veinticuatro años. Al rebasar el listón en el concurso de altura sobre 2.03 metros logró la mejor marca mundial de todos los tiempos. Esta atleta, rubia, bien parecida, 1,78 metros de estatura y 65 kilos, ha venido a suceder a Sara Simeoni, Rose Marie Ackermann, Colleen Rienstra y Ulrike Meyfarth en la pugna por' poner centímetros de diferencia a partir de los dos metros.El estilo de Tamara es fostbury. Su elegancia en el salto tiene una continuación sobre la colchoneta, en la que permanece unos segundos, con lo! ojos cerrados, y de la que desciende con parsimonia. En Budapest rechazó el 1,75, saltó a la primera 1,80, 1,84, 1,87, 1,90, 1,92, 1,94 y 1,97, a la tercera 2,00 y 2,02 y a la segunda 2,03 para fallar luego sobre 2,05.

En los europeos hubo, por contra, otros grandes atletas que no ofrecieron el rendimiento esperado: Kozakiewicz, Vigneron, Tarev y Slusarski en pértiga, Uudmae en triple, Kubes y Machura en peso, Doina Melinte en 800 y Gabriela Dorio en 1.500.

La progresión de esta atleta es la siguiente a partir de 1974: 1,50, 1,72, 1,70, 1,70, 1,85, 1,88, 1,97, 1,96 y 2,03. Esta temporada tenía 1,98 y encabezaba por un centímetro la lista de mejores saltadoras soviéticas, en la que figuran trece atletas de más de 1,91.

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