El Rácing ridiculizó al Barça, al triunfar en el Camp Nou
Pocos sabían que Diego Armando Maradona estaba en el vestuario del Barça durante el descanso del encuentro frente al Rácing. De saberlo, el público hubiese gritado su nombre para que volviera a vestirse de blaugrana y remontara, en diez minutos, el 0-1. Seguro que Josep Lluís Núñez también tuvo esa idea.El Rácing, colista de la Liga, no tuvo que esforzarse demasiado para derrotar al Barcelona. La presencia de Schuster en el campo, repareciendo en la Liga tras sus tres partidos de sanción, obligaba al resto de jugadores blaugrana a buscar la tutela y la organización del líder. Pero la búsqueda del jugador alemán era defectuosa. Los pases eran imprecisos y solo se efectuaban correctamente cuando se retrocedía el balón o se jugaba horizontalmente, juego del que abusó en demasía el Barça. El líder, por su parte, durante los primeros 45 minutos trató de mandar y de guiar a su equipo como en él es habitual, con pases largos y medidos.
El Rácing, por su parte, se plantó en el Camp Nou con la caña de pescar esperando recoger el punto o los dos que había perseguido durante toda la Liga en todos sus desplazamientos y que siempre se le había negado. Sorprendentemente, el Rácing, jugando atrás, con un sólo hombre en punta, Verón, apoyado en algunas ocasiones por Paco, y con Cidón, providencial a la hora de iniciar los tímidos contraataques, consiguió no un punto sino los dos. No tuvo el Barça en el portero Alba su peor enemigo. El meta racinguista ponía en vilo a su equipo con sus salidas desesperadas, mientras que Sañudo, Alvarez, que se vació en su marcaje a Schuster, Villita y Ruíz Sánchez se encontraban los remates flojos de los barcelonistas.
Lattek hizo todo lo que tuvo en sus manos. Después de ver como en el primer tiempo Migueli, Alexanco, Pichi Alonso, Marcos y Carrasco fallaban ocasiones cantadas, sacó al goleador Quini, en baja forma en los últimos partidos, buscando la forma de encontrar el gol. Desde el minuto 66, con la inclusión de Morán, Lattek jugó con cuatro delanteros. Pero el problema ayer no era de atacantes, porque el Barça se pasó la mayoría del partido en terreno racinguista. Ayer el problema era de efectividad. Aunque ayer el Barça estrelló dos balones en los postes, no se puede decir que el Barça mereció la victoria. Tampoco la mereció el Rácing.
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