El Sevilla ganó entre el escándalo
El Betis, después de lo de ayer, seguirá viviendo manque pierda muchos años. Faltaban cinco minutos para el final, perdía la eliminatoria por 4-0 frente al eterno rival, y en las gradas seguían los gritos de ¡Betis, Betis, Betis! simultaneados con las voces de quienes pedían a Carriega. Peores temporadas para los béticos ni las ha tenido en los últimos años ni difícilmente la volverá a tener. Ha perdido los tres partidos que lleva disputados al Sevilla -menos mal que con la nueva fórmula del Ciudad de Sevilla no participó- y le queda el último partido de Liga en el Sánchez Pizjuán, que Dios quiera no sea decisivo para la permanencia en Primera División.De todas formas, el protagonista de ayer, además de la enorme dureza de ambos equipos, fue Urío Velázquez, al que designaron como árbitro de este encuentro a última hora como sustituto de Sánchez Arminio.
El guipuzcoano Urío recordó los primeros años del también guipuzcoano Guruceta. Declaró antes del. partido: "No soy tarjetero", pero sacó 14 ,7 para cada equipo. Las pocas esperanzas que mantenían los béticos tras el 2-0 del Sánchez Pizjuán se esfumaron cuando en el minuto 50 Santi, de penalti, batía a Esnaola y cuando en el minuto 68 Francisco sentenciaba el encuentro y la eliminatoria con un nuevo gol para los sevillistas.
El Betis en momentos tuvo auténtica mala suerte y cinco de sus disparos se estrellaron en los postes, particularmente, uno de Cardeñosa en el minuto 44 que rebotó en la escuadra y de entrar hubiera llevado a los vestuarios en el descanso con la eliminatoria en 2-1.
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