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El Cádiz sólo cayó en la prorroga

El Real Madrid, pese al holgado triunfo conseguido en la prórroga, no puede quedar eximido del suspenso general. El Cádiz, goleado en los momentos en que ya anduvo escaso de fuerzas, salió del Bernabéu con la sensación de haber superado cuanto se le podía exigir. El Cádiz fue derrotado, pero se mantuvo con toda ,dignidad ante uno de los equipos que aspira a proclamarse campeón de Liga, pero que, por lo visto anoche, no parece sino un conjunto mediocre.Boskov acusó en cierta ocasión a Miguel Angel de dos derrotas encajadas por el equipo. Hay que comenzar a pensar que Di Stéfano puede ser acusado de máximo responsable de algún desaguisado dado que mantiene en la titularidad a Agustín. El guardameta madridista, que ha tenido hasta la fecha toda clase de oportunidades y el margen de confianza concedido por los medios informativos para que mostrara sus reales posibilidades, está en situación de relevo. Agustín comete demasiados errores para que se le mantenga cuando la Liga entra en un momento decisivo y la Recopa está ya en cuartos de final. Probablemente, parte de la inseguridad con que actuaron anoche algunos madridistas se debió a la falta de confianza que les ofrece el cancerbero.

No obstante, ningún jugador madridista podrá presumir de haber hecho un encuentro mínimamente satisfactorio. Ante un Cádiz que en ningún momento se dedicó a cerrar su área a cal y canto, y que, por contra, contragolpeó en algunas ocasiones con notable peligro, el Madrid realizó un juego lentísimo y sin la mínima chispa de vibración en el área contraria. El Cádiz hizo recordar a los espectadores del Bernabéu aquella desafortunada eliminación ante el Tenerife. La sombra de una eliminación ante un segunda flotó durante muchos minutos en el estadio.

El Cádiz hizo un encuentro bastante aceptable. Atrás, el yugoslavo Vejinovic estuvo siempre acertado en el corte y Mejías, hasta que fisicamente decayó, y Mané, durante todo el encuentro, tuvieron detalles de gran calidad. Dieguito y Choquet, que entraron en sustitución de dos compañeros, no lograron esa brillantez que se les supone en el Ramón de Carranza, pero llegaron a incordiar más de lo previsto. Sobre todo, el primero, naturalmente, que jugó más tiempo. El Cádiz tiene trazas de realizar, de nuevo, la hombrada del ascenso a Primera. El Madrid da la impresión de que acusa el notable esfuerzo que hizo en la primera vuelta de la Liga para intentar distanciarse de sus más directos rivales. Un segunda en alza y un primera inmerso en un profundo bache posibilitaron un encuentro muy parejo en méritos. La única diferencia que existió entre ambos radicó en la mejor forma fisica del vencedor en los minutos de la prórroga.

El Madrid, que fue incapaz de derrotar en el tiempo reglamentarlo al Cádiz, acusó tan notables precariedades que resultaría sorprendente que pudiera aguantar el tipo de aquí al final de las competiciones oficiales, caso de que no reaccionara de una manera absoluta. El encuentro de anoche sirvió, al menos, para comprobar que entre Juan José y San José en el momento presente existe una notable diferencia a favor de quien ocupa la suplencia.

El partido de anoche sirvió también para poner de manifiesto que Gallego es uno de los tantos jugadores que no ha podido superar todavía el síndrome del Mundial. Otro tanto podría decirse de Stielike que, con demasiada frecuencia, se inventa un balneario en un rincón del rectángulo.

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