De los setenta a los ochenta

Había en aquel Mash de Robert Altman una formidable pedorreta en la faz del sistema que, en 1970, seguía echando ungüentos sobre la derrota en Vietnam. Con todo, Altínan, que siempre ha escondido una víbora en sus películas, hubo de conformarse con una simple pitón, más espectacular que peligrosa: a pesar de My Lay, el cine norteamericano tardaría diez años en empezar a hablar del material en que se forjaron sus héroes.

Y, sin embargo, los españoles que pasábamos a Francia para inyectarnos las películas que aquí no se nos dejaba ver, no Podíamos evitar regocijarnos políticamente con la sátira, más desmadrada que profunda, que Altman nos servía en clave de farsa.Porque sólo eran dos cirujanos cretinos pertenecientes al Ejército de Estados Unidos, dos brutos, dos carniceros, dos energúmenos que no representaban a nadie. Y ni siquiera ocurría en Vietnam, sino en una guerra antigua llamada la de Corea y acomodada dócilmente en la memoria. Pero el juego de la identificación, de la complicidad, funcionaba, y Mash era mucho más Mash para los que, al volver, agachábamos la testa en la aduana.

Fleco de¡ impulso

Y había, además, el llamado espíritu de los setenta, que no era sino el fleco de lo que en los años sesenta fue todo impulso: mayo, Berkeley, Dylan y unas retinas heridas por imágenes del Vietnam de Joris Ivens y de los cámaras anónimos a pie de telediario. Mash se convertía, coyunturalmente, en un pequeño mito en la historia menuda de una gran crisis y también en la confirmación del conocido y engañoso lugar común: que son los americanos quienes primero airean su ropa sucia.

Fama llegó dos lustros más tarde, y no tiene nada que ver con Mash, salvo, tal vez, que fue también una película concebida para el consumo de los jóvenes, y que muchos de ellos, probablemente, vivieron los setenta desde un portabebés tipo mochila de los que Jane Fonda puso de moda. Fama, que es la versión lujosa de nuestro Aplauso, viene a decirnos que la juventud baila, la juventud canta y la juventud triunfa en un mundo en donde ya no se queman cartillas militares y Líbano sería tan sólo una variedad de hachís.

Televisión Española emite hoy, por su primera cadena, los primeros capítulos de las series Fama y Mash, a las 20.30 y las 22.30, respectivamente.