Un juicio por perversión sexual escandaliza a la opinión pública alemana
El proceso contra un perverso sexual en Munich, el austriaco Elmar Schaermer, alias doctor Herzog, escandaliza a la opinión pública por las declaraciones obscenas del acusado, que estranguló a dos mujeres para ver como experimentaban el superorgasmo. Los interrogatorios de varias antiguas amantes del doctor Herzog han motivado incluso la protesta del ministro federal de la Familia, la Salud y la Juventud, el democristiano Heiner Geissler, por lo que considera "un atentado contra la dignidad de las mujeres obligadas a revelar los detalles de las perversidades del acusado".
El tirolés Elmat Schaermer, de 42 años, ha convertido la sala del tribunal en un escenario de su exhibicionismo sexual. Hasta el juez se ha visto implicado en discusiones con el acusado, que echó en cara al magistrado: "Usted estas cosas no las probará en su vida con su destino de funcionario". El juez se vio obligado a replicarle que "yo no quisiera cambiarme por usted", y le llamó semental. En otro momento el acusado le dijo al juez que "usted también es como los demás, y huele mal como todos".El doctor Herzog ya fue condenado por el asesinato de dos mujeres con ánimo de lucro y para satisfacerse sexualmente, pero el Tribunal Supremo estimó que Schaermer podía ser irresponsable penalmente por trastornos psíquicos, y ahora el Tribunal de Munich tiene que decidir si el tirolés tiene que cumplir la cadena perpetua o ser internado en un manicomio.
Lo que se ha escuchado estos días en el Tribunal de Munich convierte a Henry Miller en un autor infantil. Con todo lujo de detalles, Schaermer se lanza sobre sus antiguas amantes y les saca a relucir "aquella ocasión en Sicilia en que te tiraste a todos los camareros del hotel" o "¿no recuerdas a aquel matrimonio de Sant Gallen con el que nos acostamos los cuatro?".
El campeón del bajo vientre o Classius Clay de la vagina, como le llama una revista, explica tan tranquilo que "después de la quinta o la sexta vez, con todos mis respetos por la dama, me tomé una pausa para comer y beber, porque después de cinco horas me la había ganado". Schaermer asegura que nunca mató a nadie y sólo se limitó a satisfacer los deseos de entre 1.500 y 3.000 mujeres".
Una de sus amantes explica que en el expreso Roma-Munich la metió en un retrete y durante dos horas realizaron el acto sexual, "hasta que le temblaban las rodillas". Schaermer discrepó de la versión de la testiga y replica que las rodillas no le temblaron por debilidad, sino porque el tren se movía a 130 kilómetros por hora.
Una prostituta muniquesa explica que el acusado figuraba entre sus clientes; "yo soy especialista en dar latigazos y Schaermer también estaba entre mis clientes". El doctor Herzog confirma la declaración, pero asegura que él sólo iba de mirón.
Cuando una de sus amantes declaró que Schaermer mencionó la posibilidad de matar mujeres provocó las iras del acusado, que le dijo que no era buena en la cama. Schaermer ha convertido su proceso en una exhibición: reparte notas de las cualidades amatorias de las testigas, un día se presenta en una silla de ruedas, y otro, con una biblia en la mano y grita que quiere hacerse sacerdote católico y observar el celibato. Porque "yo lucho en nombre de Dios".
En un momento del proceso, Schaermer amenazó con pedir la presencia de una testiga para obligarla a declarar cómo la obligó a realizar actos sexuales con animales. El viernes, el fiscal volvió a pedir de nuevo contra Schaermer la condena a cadena perpetua. La Prensa escribe que diez mujeres esperan que salga libre para casarse con él. Una de ellas le escribió una carta en la que decía: "Un hombre tan guapo como tú no puede ser un delincuente.
El periódico Bild Zeitung informaba en su edición del 11 de febrero que el director de cine norteamericano Fred Zinnemann, que dirigió Solo ante el peligro, quiere hacer una película con la historia del doctor Herzog con el actor Helmut Berger de protagonista.
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