Pasqual Maragall
sufrió el domingo una nueva lesión, exactamente en la rodilla, donde ya recibiera un golpe hace unas semanas. En esta ocasión, el alcalde de Barcelona fue víctima de la solícita amabilidad de un aficionado del palco presidencial del campo del Español durante el partido que disputaron el domingo este equipo y el Barcelona. El aficionado, más atento a los movimientos del alcalde que a las peripecias de los dos eternos rivales en el terreno de juego, al observar que la autoridad municipal se disponía a tomar asiento, le acercó una silla con tal prontitud que fue a dar con el canto en el ya casi recuperado menisco del alcalde, al que el médico ha prescrito dos días de absoluto reposo.
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