Adolfo Suárez estudia el relanzamiento del CDS como grupo de centro izquierda
El relanzamiento del CDS como grupo de centro izquierda diferenciado del PSOE y el conflicto creado en Cataluña con el cese de cuatro dirigentes, ocuparon ayer la mayor parte de las discusiones del comité nacional del partido de Adolfo Suárez, que se reunió por primera vez en este año.
El comité nacional, cuyos encuentros tienen escasa periodicidad, escuchó el informe en el que Adolfo Suárez, presidente del partido, detalló sus planes políticos para relanzar el Centro Democrático y Social, que, en su opinión, se ha quedado solo en el espacio político centrista. Al margen de posibles nuevos contactos con figuras políticas ahora independientes, Suárez se refirió a la necesidad de desmarcarse de la política seguida en algunos temas por el PSOE, criticando los errores del Gobierno socialista, aunque sin negar el apoyo a la gobernabilidad del Estado.Dentro de lo que puede considerarse una operación política de distanciamiento de los dos partidos hegemónicos, Suárez convocó la pasada semana un encuentro entre los líderes de las minorías catalana y vasca, Miguel Roca y Marcos Vizcaya respectivamente, junto con el presidente de UCD, Landelino Lavilla, y el ex secretario general del PCE, Santiago Carrillo.
El propósito de esta reunión, impulsada por el ex presidente del Gobierno, fue impedir que se dotase al presidente de Alianza Popular a Manuel Fraga, de un estatuto como jefe de la oposición con un ámbito más allá del puramente parlamentario. El encuentro fue, al parecer, considerado un éxito en el informe presentado al comité nacional suarista.
El cese de cuatro miembros de la gestora del CDS en Cataluña -Santiago Guillén, Julián Malón, José María Mesa y José Sánchez Libre- constituyó otro de los puntos fuertes del encuentro de ayer. Aunque la valoración oficial parecía indicar que se trata tan solo de cuatro casos aislados, otras opiniones inciden en que el CDS corre un serio riesgo de desaparecer en Cataluña, donde destacados militantes como Antonio de Senillosa mantienen una mínima actividad.
Puntos de fricción
Las negociaciones unilaterales de Guillén con los socialistas de Reventós cara a la conclusión de un pacto parlamentario y, paralelamente, sus intenciones de integrarse como independientes en las listas electorales municipales de Convergència i Unió, hicieron explotar las divergencias previas con el presidente de la gestora catalana del CDS, Josep Pujadas.Otro punto de fricción entre Guillén y sus seguidores y Pujadas se centraba en que los primeros pretendían la celebración de una asamblea provincial en Barcelona, sin haber constatado previamente datos como el número de afiliaciones -que rondan las 400 en total-. Todo ello llevó a que Pujudas propusiese cambios en la gestora barcelonesa, lo que fue contestado por Guillén, con acusaciones de que el CDS practicaba una política centralista y opuesta a la Generalitat.
Por otra parte, los disidentes se negaban a concurrir en solitario a las elecciones municipales, conforme había decidido la ejecutiva del partido, ante el temor confesado de sufrir un nuevo descalabro.
Al margen de la que puede ser irreversible escisión en Cataluña, el comité nacional abordó ayer temas puramente organizativos, como la redacción de un realamento interno.
Al parecer, la preparación de las elecciones municipales no fue incluida en el orden del día, aunque aparentemente se barajaron los nombres de algunos candidatos: Rosa Posada como alcalde de Madrid, el recién incorporado Carlos Revilla para la autonomía madrileña y el arquitecto Ricardo Bofill como contactable para la alcaldía barcelonesa. Los propósitos del CDS consisten en concurrir en solitario en todos los municipios mayores de 50.000 habitantes, en casi todos los mayores de 20.000 y sus expectativas se centran en obtener entre 300 y 500 concejales.
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